¿A dónde va Míchel Salgado?
El lateral del Real Madrid defiende sus carreras por la banda porque a veces "acaban en gol"
"A veces la gente se pregunta '¿A dónde va ese tío?' Es por mi manera de avanzar por la banda", considera Michel Salgado. ¿Parece una locura? "Sí", admite y suelta una risita. "Al final esas jugadas que parece que no terminan en nada, van y acaban en gol". Así, de forma inesperada. Otra vez. En medio del desorden y el ruido que genera en sus carreras desbocadas por la banda derecha, Salgado rompió el partido de ayer. Entró por el carril del ocho, remató, y el rechace lo empalmó Raúl desde el borde del área para marcar el primer gol de España.Un tanto importante, que a Salgado le recuerda dos de los goles que se apuntó su equipo, el Madrid, luego de una de sus internadas desaforadas. Primero el que se marcó en propia meta Jeremies, del Bayern, en las semifinales de Liga de Campeones. Segundo, el gol que también se hizo en contra Roy Keane, y que abrió la victoria 2-3 del Madrid en Manchester.
Quizá con un punto de guasa, Salgado se aferró a la dudosa modestia de los jugadores que se saben decisivos. "Lo importante no es quién da vuelta al marcador sino que entre todos hemos ganado el partido", comentó. "En el primer gol yo he entrado por la banda después de una jugada personal, he tirado, y el rechace lo ha marcado Raúl. Lo importante es que marcamos".
Ayer, la víctima de este lateral kamikaze fue Eslovenia. Y, en cierto modo, su propio equipo, España. Porque Salgado estuvo en todas partes. Siempre que ocurrió algo en la banda derecha, bueno o malo, se le vio aparecer con estrépito. Y apareció en los dos goles que primero subieron al marcador: el de Raúl y el de Zahovic. Porque Salgado marcó muy mal a su lateral, y el enemigo se percató de ello. En concreto, un volante con llegada por las dos bandas y que ayer llevaba el dorsal número 13. Un tipo llamado Rudonja que se olió que algo raro le pasaba al lateral derecho español. Algo que le permitiría entrar libre por esa zona y que lo llevó a trasladarse a la izquierda de su ataque para meterse a la cocina de España una y otra vez. Cogido a contrapié por el astuto Rudonja, Salgado llegó siempre tarde a apagar los incendios declarados en su zona. Y habría sido muy cuestionado si España hubiera empatado el partido. Ahí cobran valor sus palabras cuando dijo: "Yugoslavia será un rival difícil... Son muy anárquicos y tan pronto les metes cuatro como ellos te meten cuatro a ti". Ése es Michel Salgado. Un futbolista de progresiones caóticas que reconoce a los de su estilo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.