Testigos de la transición reflexionan sobre la reciente historia de España
Carrillo, Gabilondo y Cebrián intervienen en el ciclo 'Opiniones contundentes'
Testigos de la transición, Juan Luis Cebrián, Santiago Carrillo e Iñaki Gabilondo se reunieron ayer para hablar de La agonía del dragón, la última novela del primero de ellos, en la que se refleja en clave de ficción una época decisiva de la historia de España. A través de su memoria, los tres evocaron el miedo, el tenebrismo y el sarcasmo de unos años que han sido muy poco novelados.
El motivo era hablar sobre la última novela de Juan Luis Cebrián (Madrid, 1944), La agonía del dragón (Alfaguara), que arranca a finales de los años sesenta y termina con el asesinato de Carrero Blanco en 1973. Esta es la primera entrega de una trilogía que abarcará en las siguientes novelas hasta los años noventa. Pero el debate se amplió. Los tres protagonistas lograron con su recuerdo trasladar ese miedo al numeroso público que ayer acudió al ciclo Opiniones contundentes en la Casa de Vacas del Retiro. Convocaron los rasgos más tenebrosos del franquismo, analizaron el papel que jugaron los protagonistas de la transición y repasaron la actualidad; y, sobre todo, lanzaron un llamamiento para que no se pierda la memoria histórica.El ex dirigente comunista Santiago Carrillo (Gijón, 1915) empezó diciendo que el personaje más importante de la última novela del escritor y académico Juan Luis Cebrián es el miedo. "Creo que es fiel a la verdad y tiene una explicación histórica: una terrible guerra civil y luego una represión feroz sobre los vencidos que se mantuvo hasta el último momento de la vida de Franco. Y no hay que olvidar la gran destrucción física de unas cuantas generaciones de españoles".
Cebrián comentó que ese terror que tenían los españoles a cualquier cosa, a opinar, a leer, a una llamada intempestiva a media noche, era lo que había intentado reflejar en La agonía del dragón. Al hablar de los protagonistas de la transición, Cebrián destacó la aportación del Rey ("que no lo es por casualidad, ni porque lo pusiera Franco, sino porque fue el jefe político de los reformistas del régimen"); de Carrillo, de Felipe González y de Adolfo Suárez, "que estaba de acuerdo en hacer una Constitución", subrayó Cebrián. Entonces, Carrillo recordó cómo tuvo que tragarse muchos sapos con políticos que no quiso mencionar y que le hirieron. "Pero cuando hablaba con Suárez nunca tuve esa sensación", destacó.
Al autor de La red le resulta "curioso" que muchos apellidos del régimen coincidan con políticos que ahora se sientan en el Gobierno y alertó sobre el intento "deliberado" de decir que la transición la llevaron a cabo "los franquistas más avanzados, la izquierda corrupta y un par de liberales, y que la mejor transición es la que se vive ahora".
El periodista Iñaki Gabilondo (San Sebastián, 1942) calificó la transición española como "un pozo que siempre tiene agua. Tan presente en nuestro presente que es de gran utilidad social y personal", añadió. Pero ese proceso histórico es "como si estuviera siempre en la Unidad de Cuidados Intensivos para que no se produzcan procesos de falsificación", lamentó Gabilondo.
La transición española fue un proceso de cambio generacional de valores, añadió Cebrián: "No tiene sentido mitificarla desde el heroísmo", manifestó, "fue un proceso de cesiones y de muchas renuncias. Y las nuevas generaciones no han asumido esa reconciliación que supuso, que es lo que he intentado trasladar".
El ex dirigente comunista alabó que en las últimas elecciones los españoles hayan perdido el miedo a votar al PP. "La primera vez en este país que la derecha gobierna parlamentariamente y democráticamente, pero la democracia es frágil y hay que cuidarla".
Babelia
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