La Comunidad impulsa un taller para tratar en Getafe a jóvenes con riesgo de sufrir anorexia

La Comunidad de Madrid, a través de la Consejería de Sanidad y en colaboración con las autoridades municipales de Getafe, ha impulsado un taller para tratar a jóvenes con riesgo de padecer trastornos alimenticios -anorexia y bulimia-. Esta experencia piloto, en la que han participado 2.500 adolescentes, está dando los primeros resultados. Los especialistas aseguran que sus grupos de apoyo rebajan en 65% los riesgos de padecer esta enfermedad. El director general de Salud Pública, Francisco de Asís Balbín, ha anunciado que trasladará este método a otros municipios.

La anorexia es una enfermedad que se extiende entre los jóvenes como una plaga y que en los últimos años está afectando no sólo a adolescentes, sino también a la población infantil. La Consejería de Sanidad cree que la manera de rebajar la incidencia de estos desórdenes alimenticios es investigar entre los grupos de población de riesgo: entre 12 y 13 años. Por ello, desde la Dirección de Salud Pública se trabaja en colaboración con el Ayuntamiento de Getafe en un proyecto que, según anuncian sus responsables, está ofreciendo buenos resultados. "No se trabaja con enfermos, sino con chavales en los que previamente hemos detectado que tienen una predisposición a sufrir anorexia o bulimia", explica Balbín.Un grupo de especialistas, dirigido por la psicóloga María José Petit, trabaja con los jóvenes de Getafe. A través de un cuestionario de 200 preguntas, confeccionado basándose en dos tests de reconocido prestigio internacional, se ha analizado el comportamiento de 2.109 chicos, alumnos de los 13 institutos públicos del municipio. Los resultados de estas pruebas indican que el 10% de estos adolescentes corre el riesgo de padecer problemas alimenticios. "A ellos van destinados los talleres. Nuestro trabajo es de prevención, y los resultados hasta ahora son buenos. Estimamos que en el 65% de los casos se rebaja el riesgo y en el resto se mantiene, pero de momento no ha habido ningún afectado por la enfermedad entre los chicos con los que hemos trabajado".

Método pionero

El método que se sigue en Getafe es pionero en España, y sus responsables aseguran que desde otros puntos del país se han interesado por su trabajo. "También han venido a visitarnos psicólogos holandeses para conocer nuestro método", indican.

Los psicólogos del taller de Getafe trabajan con los jóvenes en corregir los síntomas previos a la enfermedad, que están relacionados con una baja autoestima, la búsqueda de un exceso de perfección en su vida y el rechazo de su propio cuerpo. Los especialistas también han observado que los chavales que sufren importantes cambios en su vida, como problemas familiares o cambio de colegio, son también población de riesgo.

Las estadísticas esta vez parece que no fallan. Los estudios que se han hecho en la Comunidad sobre los desórdenes alimenticios de los jóvenes coinciden con los datos que se han obtenido en otros estudios internacionales. En Getafe, el resultado también tiene muchos puntos de coincidencia. Allí también las chicas son de nuevo las más afectadas, y la edad en la que se inicia el problema igualmente se ha rebajado. "En nuestro taller, el 75% son chicas de entre 12 y 13 años", explica María José Petit. El equipo de Getafe sigue investigando. Ahora lo hace entre mujeres de una misma familia para ver si hay puntos en común entre la abuela, la madre y la nieta.

La labor de la familia es fundamental en el taller de Getafe. "El trabajo es colectivo. No sólo tratamos a los jóvenes, también contamos con su entorno, es decir, sus padres y sus profesores o tutores", señala la psicóloga.

"Casi siempre hay un problema de relación con las familias, y por eso les enseñamos pautas de comportamiento a los padres. Pero también es esencial el papel de los educadores. Son ellos, en muchos casos, los que pueden descubrir a jóvenes en situación de riesgo y los que luego contribuyen a mantener su estabilidad", dice Petit.

Los padres acuden solícitos a la llamada de los especialistas cuando les alertan de que su hijo corre peligro, pero las madres son las más constantes en los talleres. "Son 8 o 10 sesiones de hora y media. Por allí han pasado ya 50 chavales", indica el director general de Salud Pública. "Nuestra intención", añade, "es trasladar esta experiencia a otros puntos de la Comunidad. El taller de Getafe es sólo el principio".