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El intento oficial de negar las muertes en lista de espera subleva a médicos catalanes y asturianos

El influyente cardiólogo Caralps pide una comisión independiente para evaluar las defunciones

El jefe del servicio de cirugía cardiaca del hospital de Sant Pau Josep Maria Caralps pidió ayer que una comisión independiente evalúe las muertes en lista de espera denunciadas por su compañero Alejandro Arís. Otros jefes de servicio consultados por este diario expresaron su gran malestar por la actuación de la dirección del hospital, que anteayer sostuvo en un informe que las muertes no están relacionadas con el hecho de encontrarse en lista de espera. Tanto en Cataluña como en Asturias, otros médicos se están rebelando contra la actuación de las autoridades sanitarias en este conflicto.

Caralps, pionero de los trasplantes de corazón en España y uno de los cirujanos con mayor proyección pública, exigió ayer a título personal, pero después de consultar con otros jefes de servicio del hospital, que una comisión independiente evalúe las seis muertes denunciadas por su compañero Alejandro Arís y las tres que ha añadido la dirección del hospital en un informe emitido anteayer tras una investigación interna. El resultado de la investigación fue enviado ayer por correo interno a todos los responsables médicos del centro. Varios de ellos expresaron a este diario su malestar por la forma en que ha actuado la dirección. Caralps reclamó que la comisión independiente esté integrada mayoritariamente por cardiólogos. En la que ha actuado hasta ahora sólo había uno.

Además del director y el gerente del hospital, directamente afectados por la crisis abierta, pues habían sido alertados por Arís de la situación antes de que estallara el escándalo, la comisión estaba integrada por Jordi Creven, destacado dirigente de la sectorial de Sanidad de Unió Democràtica de Catalunya, Manel Trias, pariente del portavoz parlamentario de CiU en Madrid, Xavier Trias, además de un epidemiólogo y el jefe de urgencias. Sólo uno de los miembros tenía que ver con la especialidad interpelada, el jefe de cardiología Joan Maria Cinca. Esta comisión concluyó que ninguna muerte podía atribuirse al hecho de que los pacientes estuvieran en lista de espera.

Al malestar creado por esta actuación hay que añadir que el Departamento de Sanidad ha enviado al servicio de cirugía cardiaca de Alejandro Arís a dos inspectores que están interrogando y rastreando toda la actividad del servicio y del propio cirujano, uno de los pocos con dedicación plena a la sanidad pública. Ayer se supo que la dirección del hospital estaba barajando la posibilidad de sancionar a Arís, lo cual creó una rápida reacción interna. Mientras tanto, la sección sindical de Facultativos Independientes de Bellvitge, que también había denunciado muertes de pacientes en lista de espera, emitió ayer un duro comunicado de respuesta al consejero de Sanidad, Eduard Rius, y otras autoridades sanitarias, que en los últimos días han insistido -al igual que la ministra de Sanidad, Celia Villalobos- en que la jerarquización de las listas corresponde a los médicos. Los facultativos de Bellvitge consideran, por el contrario, que es un "problema de falta de inversiones, de prioridades asistenciales, de opacidad de las listas y falta de participación real de los profesionales". Estos médicos celebran que "a raíz de las denuncias se hayan adoptado medidas de choque", pero considera que son "claramente insuficientes".

Apoyo a la denuncia

En Oviedo, seis médicos del Hospital Central de Asturias, entre ellos el director de trasplantes de corazón, hicieron público un comunicado en el que respaldan la denuncia realizada el pasado miércoles por el jefe de cirugía cardiaca de ese centro, José María Valle, quien aseguró que entre los pacientes cardiacos de este complejo hospitalario se habían producido fallecimientos, cuya cuantía no precisó, mientras aguardaban en lista de espera a ser intervenidos.

El responsable de la unidad de vigilancia intensiva, tres jefes de sección, el director de trasplantes y otro cirujano del hospital asturiano señalan en el escrito que el servicio de cardiología padece un problema asistencial grave, con innegables repercusiones de mortalidad; aseguran que la lista de espera de enfermos cardiacos pendientes de intervención no la integran 166 pacientes, como asegura la versión oficial, sino "más de 200"; y concluyen que no es la primera vez que estos hechos se denuncian. Los firmantes censuran al gerente del centro por minimizar el problema, aunque siguen sin precisar el número de muertes.

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