Los discípulos de Kraus recuerdan al tenor en un homenaje

El de anoche sí que fue un homenaje; discreto, pero al fin y al cabo un merecido y grato recuerdo al tenor canario Alfredo Kraus, fallecido en septiembre de 1999. No como aquella intentona del Teatro Real el pasado enero, que fue un fiasco y que el tenor no se merecía.En el de ayer, en el Auditorio Nacional, tres discípulos aventajados de Kraus -el tenor Aquiles Machado, la soprano Milagros Poblador y el bajo-barítono Simón Orfila- ofrecieron lo mejor de su magisterio en recuerdo del maestro, acompañados por la Orquesta de RTVE, dirigida por Enrique García Asencio. El divo, que se mantenía lejos de los fastos, les había dedicado sus últimos cinco años desde la Cátedra Alfredo Kraus en la Escuela de Música Reina Sofía. A ellos, y a 70 alumnos más, les inculcó la esencia de lo que él tanto amaba: el belcantismo, que no es otra cosa que la exaltación de la voz.

Se abrió el concierto-homenaje, al que acudió la reina Sofía, Teresa Berganza y dos hijos de Kraus, entre otros asistentes, con la popularísima obertura de La forza del destino, de Verdi, y Los cuentos de Hoffmann, de Offenbach. Les siguieron otras, acompañadas de la Orquesta Sinfónica de RTVE: La Traviata o Rigoletto, de Verdi; L'elisir d'amore, de Donizetti, y El barbero de Sevilla, de Rossini. Todas dejaron muy buen recuerdo.