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Reportaje:EDUCACIÓN

El PP valenciano no espera al ministerio para cambiar la ESO

La aplazada reforma de la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), una de las prioridades del Gobierno de Aznar para esta legislatura, se ha puesto en marcha desde la periferia. La Generalitat valenciana, donde el PP gobierna con una holgada mayoría absoluta, ha anunciado cambios estructurales en la educación secundaria obligatoria (ESO) para el próximo curso que recuperan las directrices del fallido dictamen de humanidades, refuerzan las horas de dedicación a las materias básicas (lengua y literatura, geografía e historia y matemáticas), reducen la optatividad y acaban con la promoción automática de curso que garantiza la escolarización obligatoria hasta los 16 años.La reforma se anticipa así a "las modificaciones a la LOGSE que estudia el Ministerio de Educación para el curso 2001-2002, que no necesariamente se formularán a través de una ley orgánica, sino simplemente por decreto", según ha adelantado el portavoz en materia educativa del PP en el Congreso, Juan Carlos Guerra Zunzunegui. No obstante, Zunzunegui y el propio consejero valenciano Manuel Tarancón señalaron que en breve el ministerio convocará la Conferencia Sectorial de Educación y que en el orden del día se fijará la discusión de las líneas maestras de la reforma. Pero antes, todos los consejeros de educación del PP se reunirán el 16 de junio en Galicia para coordinar las políticas de acción.

En sintonía con el ministerio, los cambios valencianos a la ESO se anticipan a la reforma, sin tocar la ley, a través de las normas de inicio de curso y utilizando "la máxima capacidad de maniobra que tienen las comunidades con competencias transferidas", precisó el consejero valenciano, pero "totalmente incardinada en las directrices del informe del Instituto Nacional de Calidad y Evaluación sobre la ESO y el dictamen de humanidades". Cataluña ha anunciado los mismos cambios.

Ambas administraciones autonómicas dan, además, un paso de mayor dimensión y acaban con uno de los principios inmutables de la reforma socialista: la imposibilidad de repetir más de un curso por tramo educativo y la escolarización obligatoria hasta los 16 años.

Los cambios anunciados suponen una vuelta al concepto de evaluación tradicional, con la novedad de que se implantarán desde primaria. Tarancón explica que "la no promoción en primaria, lo que se conoce como repetición de curso, se inscribe al final del tercer ciclo". En sexto de primaria, explica, los alumnos que no hayan superado cuatro de las áreas troncales repetirán curso y tendrán la posibilidad de repetir dos veces más en secundaria, pero en cursos diferentes (por ejemplo, si el tropiezo se da en segundo de ESO, el alumno repetirá, pero sólo le quedará una posibilidad más, que podrá usar en tercero o cuarto).

Si un alumno con dificultades de aprendizaje a lo largo de toda su escolarización agota las tres posibilidades de repetición antes de tercero, ya no tendrá la promoción automática para terminar cuarto de ESO y obtener el graduado de secundaria, y será desviado fuera del sistema educativo reglado hacia los Programas de Garantía Social, puntualiza el consejero. Los cambios flexibilizan el adelanto de la salida del sistema educativo a los 15 años.

Esta decisión política supone en la práctica un dardo en toda regla al corazón de la LOGSE, que permite repetir un curso en primaria y otro en secundaria y garantiza la escolarización obligatoria hasta los 16 años, como en la mayoría de los países europeos. El nuevo cambio responde, en buena medida, a una exigencia de las patronales de la enseñanza privada para reducir la conflictividad en las aulas y el alto nivel de fracaso escolar. El propio presidente de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), Félix Falcón, afirmó en Valencia haber transmitido personalmente al presidente Aznar, días después de su reelección, la urgencia de reformar la LOGSE.

El ministerio se muestra cauto respecto a la reforma de la Generalitat valenciana, pero recuerda que ya hay todo un trabajo realizado para la revisión de las humanidades y la reforma de la ESO, y reconoce que el debate de la reforma es inaplazable. Las mismas fuentes anticipan: "Es previsible que en partes de la LOGSE que no requieren mayoría cualificada en el Congreso [el articulado final de la reforma, que no tiene carácter de ley orgánica] las modificaciones se plasmen en una orden ministerial o decreto".

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