Médicos de Barcelona denuncian la muerte de otros tres pacientes en lista de espera
Cirujanos cardiacos de toda España corroboran los fallecimientos por retrasos excesivos
Cirujanos de diferentes hospitales de toda España corroboraron ayer que la existencia de listas de espera para cirugía cardiaca está provocando que algunos pacientes mueran sin haber podido ser operados. La sección sindical de Facultativos Independientes del hospital de Bellvitge indicó ayer tener noticias de al menos tres casos en los últimos meses y declaró que la situación denunciada por el jefe de cirugía cardiaca del hospital de Sant Pau, Alejando Arís, se repite en otros centros. La noticia de que desde el verano pasado siete pacientes de Sant Pau habían muerto mientras esperaban ser operados, provocó ayer una avalancha de llamadas de enfermos en lista de espera a sus respectivos hospitales. Ante la alarma creada, el consejero de Sanidad, Eduard Rius, ordenó revisar a todos los pacientes en lista de espera, unos ochocientos, para reevaluar su situación.
Sanidad mantuvo ayer un estricto hermetismo sobre el número de muertes de pacientes cardiacos en lista de espera. El consejero de Sanidad, Eduard Rius, criticó el procedimiento seguido por Arís para denunciar la situación porque "sólo contribuye a crear alarma". "Somos conscientes de que hay listas de espera y hemos adoptado medidas para optimizar los recursos. Pero los pacientes no están desatendidos: hay siempre nueve equipos de guardia para casos de emergencia y, cuando un centro no puede operar a un paciente grave, puede derivarlo a dos hospitales privados".Tanto el departamento de Sanidad como el hospital de Sant Pau reaccionaron el jueves a la denuncia de Alejando Arís indicando que no tenían constancia de que una situación de tanta gravedad. Ayer, sin embargo, Sanidad tuvo que hacer frente a una avalancha de reacciones que demostraban que no sólo la situación era conocida por las autoridades, sino que los responsables de cirugía cardiaca de los diferentes hospitales lo habían planteado reiteradamente en las juntas facultativas e incluso al Departamento de Sanidad. Y que el problema se extendía a toda España.
La Sección Sindical de Facultativos Independientes del hospital de Bellvitge fue una de las entidades que se pronunció con más contundencia: "No se trata de un problema exclusivo del hospital de Sant Pau. En nuestro hospital, la lista de espera es incluso superior, en algunos casos de más de seis meses, y también se han producido defunciones de pacientes mientras estaban en lista de espera." "No es cierto", añade, "que estos casos no sean conocidos por los responsables de la administración, ya que, repetidamente, a través de comunicaciones de las juntas clínicas y por entrevistas personales, se ha hecho referencia a estos hechos".
También la Sociedad Catalana de Cirugía Cardiaca, que representa a los facultativos de esta especialidad, quiso dejar clara su posición, por boca de su presidente Miquel Josa: "Las listas de espera en Cataluña son excesivas porque el número de pacientes tributario de tratamiento quirúrgico es muy superior al volumen de enfermos que los centros de la sanidad pública pueden atender con las infraestructuras de que disponen actualmente". Y por otra parte, "la prolongación del intervalo de espera tiene muchos efectos negativos para el paciente" y puede provocar, no sólo la muerte súbita durante ese tiempo, sino también "que los enfermos lleguen a la cirugía en condiciones más precarias y con un riesgo más elevado del que habrían tenido si se hubieran operado antes".
Josa corroboró que Arís había denunciado la situación: "A petición del propio Arís, esta entidad inició hace pocas semanas un estudio sobre el impacto de las listas de espera en los centros públicos catalanes". La sociedad acaba reclamando "una mejora en la capacidad operativa de los centros". Esta mejora ya había sido reclamada al Departamento de Sanidad e incluso se había realizado una reunión con este propósito en noviembre pasado. En esa reunión se acordó un mejor aprovechamiento de los quirófanos, pues no todos abren por la tarde.
Ayer, el hospital de Vall d'Hebrón emitió un comunicado en el que confirma la existencia de listas de espera, "como sucede en otros hospitales de España y de la Unión Europea" y anuncia que, "conscientes de este problema, este año se había previsto aumentar la actividad de cirugía cardiaca abriendo más quirófanos por la tarde".
Rafael Masià, jefe del servicio de Cardiología del hospital Josep Trueta de Girona, se declaró ayer dolido por el hecho de que el consejero asegurara que no conocía la gravedad de la situación. "Los facultativos le hemos planteado multitud de veces que se trata de un problema muy serio". Masià añadió que las deficiencias en cirugía cardiaca son especialmente graves fuera de la ciudad de Barcelona. "En nuestro caso, hemos de enviar a los enfermos a cien kilómetros, y nuestros pacientes han de esperar más que los que atienden médicos de Barcelona. Nuestro promedio de espera es de cinco meses, pero en algunos casos se alarga hasta los 15", dijo.
"Es un problema latente desde hace tiempo, pero la Administración quiere esconderlo. Para nosotros, la espera es terrible, porque sabemos que podemos morir. Por eso, muchos de nuestros asociados acaban yendo a centros privados, pagando", explicó ayer Emili Caula, portavoz de Gicor, una asociación que agrupa a enfermos del corazón en Girona.
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