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ACUERDO ENTRE BRUSELAS Y PEKÍN

Clinton presiona al Congreso para que siga el ejemplo europeo

El acuerdo sobre la Organización Mundial de Comercio (OMC) alcanzado ayer por la Unión Europea y China fue utilizado de inmediato en Estados Unidos como munición a favor de la normalización de relaciones comerciales con el gigante asiático. "Si no concedemos a China el estatuto de socio comercial permanente, los europeos y los japoneses se quedarán con la exclusiva del mercado más grande del planeta y el de mayor crecimiento", señaló Richard Fisher, subsecretario de Comercio.

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En el Capitolio de EEUU se celebrará la próxima semana una de las más importantes votaciones de política internacional de los últimos años: la de la ley que normaliza las relaciones comerciales con China, que desde hace dos décadas deben pasar cada año por el examen de la Casa Blanca y el Congreso.Se trata de que EE UU termine con esa situación provisional y considere al gigante asiático un socio comercial normal, como Japón, la Unión Europea, Canadá o México.

La aprobación de esa ley es un requisito imprescindible para materializar el pacto alcanzado el pasado noviembre, tras 13 años de negociaciones, por la representante de Comercio de EE UU, Charlene Barshefsky, y su homólogo chino, Shi Guangsheng. Por ese acuerdo, Washington da luz verde a la entrada de Pekín en la OMC y Pekín se compromete a abrir sus mercados a los bienes y servicios norteamericanos.

Pero ese acuerdo, que se adelantó al alcanzado ayer por europeos y chinos, es letra muerta si EE UU no otorga a China el estatuto de socio comercial permanente. La ley, que ya ha sido aprobada por los comités económicos del Senado y la Cámara de Representantes, es defendida por una coalición que integra a Clinton; el candidato republicano a la presidencia, George Bush; el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan; la mayoría conservadora del Congreso y las grandes empresas norteamericanas.

Parece garantizado que la ley será aprobada el próximo junio por el pleno del Senado. Lo tiene, en cambio, muy difícil en el pleno de la Cámara de Representantes, que votará primero, el próximo miércoles.

Impulsados por la poderosa central sindical AFL-CIO, que teme la pérdida de puestos de trabajo en EEUU, y por los grupos que denuncian la falta de democracia en China, la represión en Tíbet, las amenazas a Taiwan y la indiferencia de Pekín por el medio ambiente, decenas de miembros demócratas de la Cámara de Representantes son contrarios a la ley.

El acuerdo entre europeos y chinos también fue utilizado ayer por los republicanos para presionar a favor de la normalización de las relaciones comerciales con China. "Ese acuerdo", dijo el congresista republicano por California David Dreier, "va a darnos los votos necesarios para una gran victoria". Para tranquilizar a los detractores de China, el grupo parlamentario republicano apoyó que la ley de normalización de relaciones comerciales sea acompañada de una cláusula que establece la posibilidad de sancionar a Pekín si viola gravemente los derechos humanos.

La ley necesita el apoyo de la mayoría simple de la Cámara de Representantes, 218 votos, pero ayer sólo tenía garantizados menos de 200, la mayoría republicanos. Dos de cada tres demócratas se mantenían en la duda o en la oposición.

El presidente Clinton efectuará el domingo un llamamiento televisado a la nación en el que expondrá las ventajas de la normalización comercial con China. Los republicanos, por su parte, empujarán este fin de semana en la misma dirección. "Hasta entonces", dijo el republicano, "tenemos un montón de trabajo".

Barshefksy, la representante de Comercio norteamericana, se felicitó por el acuerdo alcanzado por los 15 miembros de la Unión Europea y China. Según Barshefsky, el acuerdo alcanzado ayer "efectúa aportaciones positivas" al alcanzado en noviembre entre norteamericanos y chinos.

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