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Reportaje:

Hijos de la técnica

Siempre hubo en España sus más y sus menos sobre la procedencia de los niños, que se decía que venían de París, aunque nadie dudó nunca de cómo eran concebidos. Hoy, sin embargo, no puede asegurarse lo mismo; muchos de los bebés españoles que nacen lo hacen gracias a complejos y artificiales procedimientos. En Sevilla, el Centro Hispalense de Reproducción Asistida (Cehispra) acaba de celebrar, con una fiesta, el nacimiento del niño número 500 en esta clínica, hijo, como todos los demás, de estas sofisticadas técnicas de reproducción.En la celebración, a la que acudió más de un centenar de matrimonios, abundaban los niños mellizos y trillizos. "Sí, en la reproducción asistida son frecuentes los embarazos múltiples; en concreto, sobre los 500 niños que hemos ayudado a concebir en estos siete años que lleva funcionando la clínica, el porcentaje de mellizos, si hablamos de fecundación in vitro, es del 31%", explica Antonio González, biólogo, y responsable del laboratorio de reproducción de Cehispra.

Pero esto es algo que a los matrimonios que pasan por esta experiencia no les preocupa. Al contrario, a la mayoría de ellos, cuando se enteran de que van a tener dos o tres hijos de golpe, les agrada. "Así deja una de ir de acá para allá, conteniendo la ansiedad, angustiada siempre... Sin saber si por fin vas a quedarte o no embarazada", comenta María Valcárcel, madre de Luciano y Cristina, mellizos, que acaban de cumplir 13 meses, y que fueron concebidos por el método in vitro clásico, es decir, fecundando previamente en el laboratorio el óvulo con el espermatozoide, e implantándoselo después en el útero.

La razón fundamental por la que nacen más niños mellizos con los métodos de reproducción asistida que mediante la concepción natural se debe, según González, a que "la experiencia aconseja implantar, como mínimo, tres embriones fecundados. Y, a veces, prenden los tres". Algo que, por ejemplo, no les hubiera importado que ocurriese a Eva María Valcárcel y a su marido, Antonio del Valle, "pues nos encantan los niños", aseguran. Esta pareja de trianeros -ella dedicada ahora a la crianza y él técnico de artes gráficas-, llevaban cuatro años intentando ser padres por la vía natural, pero sólo lo consiguieron "¡a la primera y por partida doble!" con la fecundación in vitro.

Lo mismo que a Eva María le ocurría a Yolanda Rodríguez: también quería ser madre y no lo conseguía. Después de media docena de años esperando, tras el quinto intento por el método in vitro se quedó embarazada de Alba, que ahora está a punto de cumplir 10 meses. Yolanda se someterá, "quizá dentro de un año", a un nuevo implante con algunos de sus embriones, que la clínica conserva congelados. "Podría ocurrir, y de hecho ocurre con cierta frecuencia, que dos hermanos concebidos el mismo día, nazcan con más de dos años de diferencia", comenta González.

Cosas de la técnica. Y para técnica, la fecundación in vitro ICSI, consistente en la aplicación de una microinyección intracitoplásmica de espermatozoides. Así consiguió Elena Eguren ser madre. Quince años llevaba intentándolo cuando nacieron Ángela y Adolfo, que van a cumplir cuatro años.

De los 500 niños nacidos en Cehispra hasta ahora, 128 fueron concebidos por inseminación artificial; 321, mediante la fecundación in vitro y 51, con embriones congelados. Los tratamientos con éxito se acercan, en su globalidad, al 40%. De precios no se sabe mucho, pero una fecundación in vitro clásica ronda las 400.000 pesetas.

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