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Caen un 95% las peticiones de ayudas al cultivo del lino en Castilla-La Mancha tras el escándalo de 1999

El lino ha perdido en pocos meses su atractivo para los agricultores de Castilla-La Mancha, donde en 1999 estalló el escándalo de las subvenciones de la Unión Europea. Las solicitudes de ayudas para su producción, que se habían multiplicado por 15 en los últimos cinco años, han caído un 95% después de que se destapara que cientos de particulares lo cultivaban, a 120.000 pesetas por hectárea, sin darle salida posterior. El consejero de Agricultura de la comunidad, Alejandro Alonso, afirmó ayer que este bajón demuestra que en este asunto había "un desmadre intolerable".

En 1999 se solicitaron subvenciones para cultivar lino en 45.000 hectáreas de Castilla-La Mancha. Este año, después de que se denunciara que altos cargos del Ministerio de Agricultura o familiares suyos cobraban primas millonarias de la Unión Europea, por lo que la oposición llegó a pedir la dimisión de la por entonces ministra de Agricultura y hoy comisaria europea, Loyola de Palacio, sólo se han solicitado fondos para sembrar 2.000 hectáreas: un descenso del 95%. "El lino entra ahora en un cauce normal", explicó ayer a este periódico el consejero de Agricultura de la comunidad, Alejandro Alonso: "Ahora sólo vivirán de él algunos profesionales auténticos. Lo de antes era un desmadre intolerable".Castilla-La Mancha aporta el 36% de la producción nacional de lino, un cultivo que, según reconoce su director general de Producción Agraria, Javier García, "no es rentable". A pesar de ello, las solicitudes de subvenciones europeas crecieron progresivamente en los últimos cinco años: en 1995, 3.256; en 1996, 11.878; en 1997, 15.165; en 1998, 31.660, y en 1999, 44.844.

Este año la curva ha sufrido un vuelco espectacular, al menos en Castilla-La Mancha. El Fondo Español de Garantía Agraria no ha recibido todavía los datos de todas las comunidades, pero cabe esperar que el cambio se extienda a toda España, ya que en los últimos años se ha mantenido la relación entre la superficie cultivada en esta zona y en el resto del país.Para el consejero, el giro era "absolutamente esperable", ya que, tras el escándalo de los cazaprimas, "cultivadores de subvenciones, algunos ilustres", la UE va a limitar las ayudas y reforzar su control a posteriori: en noviembre ya aprobó recortarlas de 120.000 a 40.000 pesetas por hectárea.

El caso del lino se cerró con una comisión parlamentaria en la que el PP, CiU y Coalición Canaria, aliados durante la legislatura, unieron sus votos para impedir la censura a la ministra De Palacio que exigían todos los demás partidos de la oposición. Sí se admitió, en cambio, una investigación al delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Carlos Moro, -dejó de serlo el viernes pasado-, que cobraba 25 millones anuales por cultivar lino.

Hasta este año, gran parte del lino, una vez recogido y transformado, se almacenaba o, en muchos casos, servía como pasto de incendios más que sospechosos: las propias autoridades regionales -no sólo en Castilla-La Mancha, sino también en Castilla y León o Extremadura- los creen provocados para deshacerse de un material que no entraba en el circuito productivo. No se utilizaba para la industria textil, pero la UE pagaba las 120.000 pesetas estipuladas por hectárea.

Ahora se espera que el Consejo Europeo de Ministros apruebe el martes próximo las medidas de control de las subvenciones. Por otros cultivos se paga una cantidad muy inferior: la cebada, por ejemplo, a 20.000 pesetas. Y se consume toda.

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