Los toreros se lamentan de la poca movilidad de los astados
Primera de feria. En los tendidos, viejos conocidos. Se procede a los saludos depués de un año sin verse. "Te noto más gordo". "Yo a usted más fea". "¿Y su marido?". "Ahí anda". "¿Y su mujer de usted?". "Pues ahí, también". Interviene un tercero: "A ver si van a estar juntos y ustedes en los toros". Las conversaciones de principios de feria son así: cortas, tensas y, por supuesto, con retranca. Se anuncia un hierro de los duros que, en la traducción improvisada del público, significa "que no se caen". Y, en efecto, no se cayeron."Tampoco se movieron", añade Gómez Escorial, y continúa: "Con unos toros así lo único que puedes hacer es echarle ganas. De torear, olvídate". Su compañero Óscar Higares le secunda: "Con el encaste Santa Coloma ya se sabe. No humillan, van midiéndote constantemente... Además, a estos toros se les supone movilidad. Pues no, completamente parados y con mucho peligro". Escorial vuelve a tomar la palabra para insistir en el mismo argumento: "Contento no puedes estar, pero sí, dentro de lo que cabe, satisfecho. No se podía practicar toreo de clase y se ha hecho lo exigido".
'A porta gayola'
Gómez Escorial, que entró en el cartel en sustitución del colombiano Paquito Perlaza, recibió al sexto de la tarde rodilla en tierra a porta gayola. "Era por lo de las ganas de antes. Siempre que he estado en Madrid, he recibido por lo menos a un toro en chiqueros. En una ocasión, contando al sobrero, hasta a tres en la misma tarde". ¿Es la especialidad? "No. para esto hace falta poca técnica. Se da un paso y ya está. Una vez que te pones delante ya no puedes retroceder", contesta de carrerilla. En el recuerdo queda el momento más emotivo de la tarde. Apenas el segundo astado de su lote vio la luz, quedó quieto. Enfrente, el matador de hinojos. Un amago, otro y... por fin se arranca. "Yo sólo quiero ser figura del toreo y quiero que la gente lo tenga claro", afirma para justificar lo arriesgado del lance.
"Lo que me duele es que siempre sea con hierros de los que no quiere ninguna figura. Y así, desde que empecé. Un cortijoliva, un patasblancas... ahora esto. La verdad, sé que existen los parladés o domecqs porque los he visto en televisión, si no ¿de qué?", se explaya Gómez Escorial como último comentario a la que acaba de ser su única participación en la feria de este año.
A Higares, sin embargo, le queda un compromiso más el 4 de junio frente a la divisa de Adolfo Martín: "No son ganaderías que sirvan para lucirse, pero transmiten a los tendidos, aunque hoy no haya sido el caso, y son corridas emotivas".
Para emotividad, la de los tendidos. Se acaba la tarde y un breve "Hasta mañana" da por zanjado el largo paréntesis del invierno. Como si éste no hubiese existido y la vida fuera una continua y eterna feria de San Isidro. "Hasta mañana".
Babelia
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