El ministro alemán de Exteriores propone una federación europea

El ministro alemán de Exteriores, Joschka Fischer, presentó ayer su "visión personal" sobre la creación de una federación europea, que tendría soberanía compartida con los Estados nacionales y se desarrollaría con una Constitución y a partir de un núcleo reducido de países. Fischer, uno de los tres ministros de Los Verdes en el Gobierno alemán, propone que los diputados europeos sean a la vez miembros de los parlamentos nacionales y que se cree la figura de un presidente europeo con amplios poderes ejecutivos.

La condición para que Europa funcione como una federación es, según dijo Fischer en un discurso en la Universidad Humboldt de Berlín, que sea capaz de integrar la cultura y tradición política de las naciones. Fischer comparte la idea de otros responsables europeos de que una federación no puede hacerse de entrada con todos los países, sino que hay que partir de un "núcleo de vanguardia", un "centro de gravitación", formado por los países dispuestos y en condiciones de progresar a mayor velocidad.Este proceder sigue el modelo establecido para crear la zona euro o el espacio Schengen, y no debe ser un proceso exclusivo sino abierto a todos los miembros de la UE y a los que aspiran al ingreso, dijo Fischer, quien no tiene una idea preconcebida sobre quiénes deben ser los miembros del grupo de vanguardia.

"Europa no es un continente nuevo, sino que está ya lleno de pueblos, culturas, lenguas e historia" y, por lo tanto, "la integración europea sólo es concebible si se basa en un reparto de la soberanía entre los organismos continentales y los Estados nacionales y respetando las tradiciones existentes", dijo Fischer. Ese reparto de competencias debería quedar fijado en una Constitución europea, primer paso, según la visión de Fischer, hacia el establecimiento de la federación.

Para asegurar que funciona el modelo de soberanía compartida, Fischer propone un sistema legislativo bicameral con uno de los cuerpos integrado por "senadores elegidos directamente" y otro "ocupado por diputados que sean a la vez miembros del Parlamento nacional". Esta fórmula permitiría, según Fischer, una verdadera fusión de "las distintas élites políticas nacionales" y de la opinión pública de los países.

En un debate abierto después de su intervención, Fischer insistió en que con el sistema actual las instituciones europeas resultan demasiado abstractas y alejadas para la población. Para demostrarlo, retó a los presentes a nombrarle un solo diputado europeo. La pregunta quedó sin respuesta.

El Ejecutivo de la federación ideada por Fischer podría seguir el modelo del Consejo Europeo, por lo que estaría formado por representantes de Gobiernos nacionales, o copiar la estructura de la actual Comisión, pero, en cualquier caso, debería tener un presidente elegido directamente y con vastos poderes.

La federación europea no supondrá en ningún caso "la desaparición del Estado nacional", insistió Fischer, quien rechazó la viabilidad de una "Europa de las regiones" sin intermediario entre los gobiernos regionales y una supra-autoridad europea.