Cinco años sin Historia de la literatura
No será éste el primer año en que la prueba común de la selectividad no incluirá una pregunta sobre Historia de la literatura. La última vez que una pregunta memorística sobre esta materia figuró en las pruebas de acceso a la Universidad (PAAU) en Cataluña fue en el año 1995, y ni siquiera era obligatoria. El texto que se debía analizar era el poema Elegía de Miguel Hernández. Primero se le pedía al alumno que describiera los sentimientos expresados por el poeta y a continuación que desarrollara en 150 palabras uno de estos dos temas: "La generación del 27: autores y características más relevantes" o "El tema central de este poema es la muerte. Hable de algún otro tema que sea objeto de reflexión frecuente en el lenguaje poético, así como de los recursos expresivos que en éste se emplean".Muy similar era la prueba de Lengua catalana y literatura. Sobre un fragmento de las Memòries de Josep Maria de Sagarra, el alumno podía escoger entre "El teatro catalán del siglo XX" o "Las memorias como género literario. Características. Diferencias con otros géneros".
Fuentes del Departamento de Universidades e Investigación de la Generalitat apuntan a que la progresiva desaparición de las preguntas memorísticas de la parte común del examen de las PAAU no fue deliberada, sino debida a una tendencia natural a ir centrando la prueba en aspectos referentes al contenido del texto, la sintaxis y la comprensión, antes que en los datos históricos. Este tipo de preguntas quedan para la segunda prueba de los estudiantes de Letras que hayan escogido Literatura catalana o Literatura castellana. Ambas disciplinas existen en Cataluña, pero no en el resto de comunidades autónomas.
Una de las paradojas, en este sentido, es que mientras que los estudiantes de especialidades técnicas o científicas están obligados a estudiar Lengua y literatura, los de Humanidades o Ciencias sociales no estudian absolutamente nada de Matemáticas.
En cuanto a la lista de libros de lectura obligada durante el bachillerato, dejó de existir con la entrada en vigor de la LOGSE, que no establece lecturas obligatorias, siguiendo así el parecer de la mayoría de los expertos, que consideran, en función de la experiencia, contraproducentes las listas de libros si lo que se quiere es crear en el alumno una afición por la lectura.
Sin embargo, las reacciones ante el supuesto peligro que corre la formación de los estudiantes catalanes por la desaparición de la pregunta sobre Historia de la literatura del temario común de las PAAU, continuaron ayer con curiosas coincidencias desde los ángulos más contrapuestos. La Asociación de Escritores en Lengua Catalana (AELC) emitió un comunicado sobre la supuesta "desaparición de la literatura de la selectividad", en la que manifestaba su preocupación "por la decisión de suprimir la literatura, incluida la catalana, de las pruebas de selectividad". Los miembros de la AELC, sin embargo, estaban especialmente preocupados "por la justificación dada por los responsables de Enseñanza sobre el criterio de las lecturas obligatorias" -en referencia a la lista de libros de lectura obligatoria que desapareció con la entrada en vigor de la LOGSE- y criticaban "la decisión de dejar exclusivamente en manos del profesorado la responsabilidad del conocimiento de la literatura".
A los escritores en lengua catalana se añadió el Gobierno del Partido Popular, abonando la tesis de algunos expertos que apuntan a que la polémica favorece las tesis del PP sobre la enseñanza de las Humanidades, uno de los escollos en los que naufragó la ministra de Educación Esperanza Aguirre. El ministro portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, terció ayer en el asunto al mostrar su disconformidad, en la conferencia de prensa posterior el Consejo de Ministros, "a suprimir" la asignatura de Historia de la literatura en determinados centros o pruebas de acceso a la Universidad en Cataluña. "Se trata de una materia clave para el enriquecimiento personal y moral", afirmó Cabanillas; "no puedo entender como un estudiante puede salir de algo que pueda decir de sí mismo que es una escuela sin haber leído a Pla, Espriu, Cunqueiro o Cervantes".
Cabanillas mostró su preocupación por las noticias "extremas" en las que se hablaba de la supresión de la literatura en algunas universidades o centros catalanes y adelantó que uno de los debates más importantes de esta legislatura será sobre "todo lo que se refiere a las humanidades, obviamente a la espera de lo que sea la política a determinar por la responsable de ese departamento".
La única cuestión que los expertos se plantean ante esta polémica, se refiere más a la perversión del modelo que a su formato. ¿Hasta qué punto el contenido preciso del examen de selectividad será capaz de pervertir el programa real de los dos años del bachillerato LOGSE, es decir, si los directores de los centros se dedicarán a preparar a sus alumnos exclusivamente en las materias que figuran en la selectividad en detrimento del resto del programa? Es previsible que cuanto más aumenten las plazas disponibles en el sistema universitario, menor será la presión por centrarse exclusivamente en la selectividad.
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