"Disponemos de recursos ridículos para la dimensión del sida"
Peter Piot, director ejecutivo de Onusida, el organismo de Naciones Unidas encargado de combatir la epidemia de sida en el mundo, lleva años advirtiendo sobre las dimensiones que adquiere la epidemia. Su pelea acaba de cobrar impulso con una declaración demoledora del Gobierno estadounidense que alerta sobre los riesgos que esta enfermedad comporta para la estabilidad y la democracia de los países en desarrollo. Piot ha respondido a las cuestiones planteadas por El PAÍS a través de correo electrónico y sólo ha omitido contestar una acerca del problema que supone celebrar la proxima cumbre mundial del sida en un país, Suráfrica, cuyo presidente acaba de asegurar que el virus no es el causante..Pregunta. ¿Coincide con el diagnóstico de Estados Unidos sobre el riesgo del sida en África?
Respuesta. El sida se está convirtiendo en el principal problema humano de seguridad en el continente africano, y puede amenazar la estabilidad social, económica y política de los países si los Gobiernos no emprenden rápidamente acciones para luchar contra la epidemia. El sida hace que los servicios sociales y de salud de toda África estén desbordados, produce millones de huérfanos y causa la enfermedad y la muerte entre los trabajadores sanitarios y los enseñantes; como consecuencia, está provocando crisis sociales y económicas que, a su vez, amenazan la estabilidad política. Cuando hablé en la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el pasado mes de enero llamé la atención sobre el hecho de que el sida es más destructor que la guerra, en un continente en el que las guerras y los conflictos parecen ser endémicos. En África, el sida mata a diez veces más gente que la guerra.
P. ¿Qué consecuencias puede tener esta declaración?
R. Confiamos sinceramente en que otros Gobiernos sigan el ejemplo de Estados Unidos y se comprometan a dedicar más recursos a la asistencia y la prevención del sida. En la actualidad, los recursos de los que disponemos son totalmente ridículos frente a la dimensión del problema.
P. ¿Cómo combate Onusida la epidemia en África?
R. La misión de Onusida es ambiciosa pero sencilla: se propone, en los próximos diez años, reducir el número de nuevas infecciones de VIH en el continente, promover la asistencia a los que padecen el virus y movilizar a la sociedad para detener el avance de la enfermedad. Hasta ahora, hemos visto que varios gobiernos africanos han reforzado sus acciones. El presidente de Burkina Faso, por ejemplo, ha dado al sida la calificación de desastre nacional. Se ha creado un fondo nacional de solidaridad y se ha puesto en marcha un plan de acción para el VIH y el sida. En Etiopía se ha elaborado un plan estratégico nacional de cinco años para luchar contra el sida, con sus planes regionales consiguientes, y pronto se va a desarrollar un mecanismo de financiación. En Ghana, por primera vez, el VIH-sida ha contado con una partida específica en el presupuesto para el año 2000. Y el ministro de Educación de dicho país ha creado un equipo encargado de abordar la epidemia en todos los sectores educativos.
P. ¿Se están enviando medicamentos antirretrovirales a los países afectados?
R. Onusida puso en marcha la Iniciativa para el Acceso a los Medicamentos contra el VIH en 1997, con el fin de mejorar la disponibilidad de fármacos contra el virus en los países en vías de desarrollo. La fase de prueba de esta iniciativa se está llevando a cabo en cuatro países: Chile, Costa de Marfil, Tailandia y Uganda. Se ha decidido intentar abordar varios de los principales obstáculos para facilitar el acceso a los fármacos relacionados con el VIH de amplios sectores de la población en los países en vías de desarrollo, en los que la restricción del gasto para la asistencia sanitaria pública coexiste con la pobreza y la amplia propagación del VIH.
P. ¿Las compañías farmacéuticas están cooperando?
R. Hasta ahora hemos conseguido una rebaja de los precios de entre el 10% y el 46%. Nuesta meta es lograr una disminución todavía mayor, con el fin de que los fármacos estén al alcance de las personas afectadas de VIH y sida en los países en vías de desarrollo.
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