_
_
_
_
_

La Unesco pone condiciones al previsto traslado del Museo del Ejército de Madrid al Alcázar de Toledo

El Centro del Patrimonio Mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha informado a la Delegación Permanente de España ante esta entidad internacional del vaciado realizado en el subsuelo del Alcázar de Toledo, a propósito del anunciado traslado a ese recinto del Museo del Ejército de Madrid. Esto implica el control de estas obras por parte de la Unesco, lo que condiciona su desarrollo y consecuentemente afecta al traslado del museo. Así lo anuncia en una carta Georges S. Zouain, director adjunto del Centro del Patrimonio Mundial de la Unesco. La carta fue enviada a la directiva de la Asociación de Amigos del Museo del Ejército, en Madrid. Las obras, que comenzaron meses atrás, tienen por objeto acondicionar el Alcázar de Toledo para el traslado completo de los fondos del museo madrileño, que ya cuenta en ese mismo recinto con una sección delegada.

Toledo fue declarada Patrimonio de la Humanidad en noviembre de 1986. Esa declaración implica el compromiso del país beneficiario en el mantenimiento y la conservación del recinto así declarado, hecho que determina el interés de la Unesco en la preservación del patrimonio histórico toledano.

La Unesco fue informada del vaciado del subsuelo del Alcázar para instalar dos nuevos cubos desde la cota cero hasta la cota menos 24, en el subsuelo de la fachada norte de ese conjunto arquitectónico. Durante el vaciado han sido hallados vestigios de varios muros del siglo XIII y XIV y restos de construcciones de la época romana, según informaron fuentes de la Asociación de Amigos del Museo del Ejército. Esa fue la causa del aplazamiento de las obras, según las mismas fuentes, si bien esta versión no pudo ser corroborada con otros testimonios. "Asimismo, han quedado al descubierto arcos presumiblemente procedentes de la época árabe y algunas ruinas más de difícil descripción", según informó una fuente de esta entidad, "aunque las autoridades no permiten la observación in situ".

El proyecto fue sometido a concurso y adjudicado después a dos arquitectos, Francisco F. Longoria y Dionisio Hernández-Gil. Éste ha dirigido entre otras la restauración de las cubiertas del Museo del Prado. En la misma carta del organismo de la Unesco se indica que ha sido igualmente informado el Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), "para que estudien el caso y nos informen al respecto" e invita a los asociados madrileños a que entren en contacto con Icomos-España, que dirige María Rosa Suárez- Inclán Ducassi.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_