El padre de Elián pide que se desestime la demanda de asilo y poder regresar a Cuba
El padre del niño cubano Elián González pidió ayer al Tribunal de Apelaciones de Atlanta la desestimación de la demanda de asilo político presentada por sus familiares de Miami y así quedar libre para regresar a Cuba. Pocas horas antes en La Habana, Fidel Castro había aprovechado la fiesta del Primero de Mayo para reclamar la vuelta de Elián ante cientos de miles de manifestantes. En un documento legal presentado por su abogado, el estadounidense Gregory Craig, Juan Miguel González pidió además que sus argumentos sean escuchados en la audiencia oral del caso prevista para el 11 de mayo próximo. "Juan Miguel ha decidido que el mejor interés del niño tiene como base que pueda estar con su padre, criado en un hogar estable en el pueblo en que su padre, su madrastra, su pequeño hermano, abuelos y primos nacieron, crecieron y viven", indicó Craig. El abogado del padre de Elián advirtió a los jueces que continuar con este procedimiento puede prolongar hasta dos años la batalla judicial. Craig indicó que los familiares del niño en Miami han engañado al tribunal, al alegar que el menor firmó por voluntad propia el documento en el que pide asilo político, ya que Elián "no lee en español, mucho menos en inglés".
Durante su discurso, Castro denunció los intentos de EEUU de "aislar" al padre de Elián y sobornarle para que "deserte" con su familia. Luego, ante las masas convocadas, el líder apareció de pronto con un teléfono móvil en la mano y, en vivo y en directo, habló con Juan Miguel y trasmitió a los participantes en el acto su saludo. La puesta en escena concluyó con un Fidel Castro calzado con zapatillas deportivas y vestido de verde oliva recorriendo las calles de la capital al frente de la multitud. Los cálculos oficiales hablaban de un millón de cubanos.
Contra la 'gusanera'
La manifestación acabó en el protestódromo construido recientemente por las autoridades frente a la Sección de Intereses de EEUU, en el malecón de La Habana, donde múltiples oradores, sobre todo niños y dirigentes estudiantiles, gritaron contra la "mafia terrorista" o "gusanera de Miami" y en favor del regreso de Elián a la patria. Fue como un regreso a los años sesenta, cuando el mandatario cubano recorría las calles casi sin escolta y era aclamado en cada esquina. Aunque no se llegó a ver un arma entre la multitud, las medidas de seguridad sobraban en esta ocasión, en la que el baño de masas fue indiscutible.
Fidel Castro volvió a ejercer de maestro de ceremonias. Hacía más de 20 años que el mandatario cubano no hablaba en público un Primero de Mayo. Antes de hacerlo esta vez cedió el micrófono a Hebe de Bonafini, del movimiento de las Abuelas de la Plaza de Mayo, a la secretaria general del Partido Comunista de Chile, Gladys Marín, y al Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, invitados especialmente para la ocasión.
Después de sus discursos de barricada, Castro denunció algunas de las trabas impuestas por el Departamento de Estado para impedir los contactos entre la familia del niño y los diplomáticos cubanos, a quienes se impide el acceso a la casa de Wye Plantation donde se aloja.
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