La violencia doméstica mata cada semana a una española
En España muere una mujer cada semana víctima de la violencia doméstica, según los cómputos que manejan las organizaciones feministas -las cifras oficiales suelen rebajar las cifras-, y se presentan cada año más de 20.000 denuncias ante la policía. Este dramático saldo, que supera con creces al del terrorismo, no destaca, sin embargo, sobre otros países de nuestro entorno comunitario.Como se ha puesto de manifiesto en la reunión europea de Calvià, ni siquiera hay estadísticas fiables y comparables en Europa sobre violencia doméstica, por lo que el proyecto de directiva exige un registro sistemático de los casos. No obstante, todos los datos indican que de la envergadura de este problema ni siquiera se salvan los países escandinavos. Finlandia, por ejemplo, registra, con una población muy inferior a la española, una media de una mujer muerta a manos de su marido o su pareja cada dos semanas, y la policía tiene constancia de 400 violaciones anuales, aunque se considera que hay entre 6.000 y 10.000.
Los datos del Reino Unido son también para echarse a temblar: entre tres y siete mujeres muertas cada semana y 1.000 agresiones cada siete días en un país de 55 millones de habitantes. Una auténtica catástrofe que, según la abogada Margaret McCabe, fundadora en 1995 de Mujeres Juristas, el Gobierno laborista de Tony Blair intenta atajar con leyes avanzadas como la Ley de Familia, que permite arrestos por amenazas sin necesidad de delito previo, y con equipos de policías y juristas especializados para el tratamiento de las víctimas.
Sin estadísticas
El nivel de violencia doméstica en Alemania es similar al británico. A falta de estadísticas más fiables, las expertas reunidas en Calvià hablan de 300 mujeres y niñas víctimas mortales cada año de maridos, parejas y otros parientes en un país de 80 millones de habitantes, el doble que España. La ministra de Justicia de Sajonia-Anhalt, Karin Schubert, anunció que a falta de datos federales, su región hará ya el cómputo propio.
Las cifras dan una idea de hasta qué punto se igualan por elevación en este terreno todos los países europeos. Pero es sólo una idea aproximada, porque el recuento de las víctimas es, en ocasiones, inexistente, como ocurre en Italia, y casi siempre desigual e incompleto. Si bien es más sencillo conocer el número de muertes, hay otras muchas agresiones violentas sin resultado de muerte que quedan sin registrar y, consecuentemente, impunes. Bélgica, por ejemplo, calcula que el 90% de los golpes entre marido y esposa queda sin procesamiento.
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