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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Aquelarre Mila

Un buen anatema debe llegar al fondo del asunto. Las críticas al Gran Hermanastro describen un enchulamiento de masas, sin dar la raíz del anatema.El pobrecito Freud que descalifica la masturbación porque es demasiado fácil y ahorra el esfuerzo de la conquista amorosa, hubiera sido tambien pro-anatema. Pero hoy la inmoralidad, la incompetencia y el descaro son preceptivos, y emplear grupos es un parche psicológico a las brutas falsedades de la democracia: Lo que repugna del aquelarre Milá en pensión completa es la inversión, el bochorno que produce la colaboración de las víctimas, mirar por el ojo de la cerradura cuando no hay puerta.

Fingir cámara oculta es necio bajo treinta mal cubiertas, la naturaleza y el arte pueden ir juntos, pero no revueltos, como en ese decimonónico porno de huéspedes.

Sin embargo el bodrio vencerá. Nada es malo en la tele. El altar es quien hace los santos, no los feligreses.-

Acusación a los Mossos

La Semana Santa pasada un grupo de amigos de Barakaldo fuimos a Lloret del Mar (Girona). Al llegar la segunda noche tres de nosotros a uno de los apartamentos, una vecina del complejo residencial, nos dijo que iban a venir los Mossos d'Esquadra (policía autonómica catalana), pero no nos dijo para qué, ni por qué. Nosotros pensamos que quizás hicimos ruido la noche anterior y no la habíamos dejado dormir.Minutos después notamos ruidos en la terraza y seguidamente fuertes golpes en el cristal. Sin más, abrimos la puerta y he aquí nuestra sorpresa, cuando cuatro policías entraron violentamente; nos golpearon con porras y nos tiraron al suelo con gran agresividad sin dejarnos abrir la boca.

Tras el acaloramiento policial, los violentos golpes remitieron (las huellas aún perduran) y pudimos explicar que lo único que nos había llevado hasta Lloret era disfrutar unas vacaciones de cinco días. No contentos con ello, en vez de reconocer su error, tras preguntarnos de donde éramos y nosotros responder de Bilbao, uno de ellos dijo: "Es que estamos hartos de la gente de Bilbao". Después intentaron justificar su agresión, ya que pensaban que allí se encontraba en pleno el comando Vizcaya de ETA. Al final vinieron las disculpas, pero el daño ya estaba hecho.

Además del dolor físico queda el dolor moral y el desprecio hacia el pueblo vasco. Si se prejuzgase menos e intentasen conocernos no pasarían actos tan deprimentes como el que nos sucedió. Que no vuelva a suceder. Nuestra denuncia y la del director de los apartamentos, están puestas.- .

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