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Restaurante Zaldiaran

Está como nunca

Quien conozca superficialmente esta casa o no la haya visitado recientemente, podrá encasillarla en su faceta más populosa, la de los banquetes y celebraciones multitudinarias o resaltará las virtudes de su carta tradicional de esencias vascas. Pero lo cierto es que, de un tiempo a esta parte, ha consolidado un equipo de cocina joven y entusiasta comandado por su chef Patxi Eceiza, que es en sí mismo una seria garantía e hilo conductor entre pasado y futuro. De ahí que las características de sus ofertas actuales sean para muchos una sorpresa y para otros una confirmación de las reiteradas expectativas. Probablemente sea hoy el mejor restaurante alavés y aquél en el que los aspectos creativos son más pujantes y certeros.Para muestra, valen algunas de las novedades más cautivadoras, como el delicado carpaccio de carabineros con excelente vinagreta y mejor aún la guarnición: un impresionante helado de apio, poderoso y a la vez fino y aterciopelado. Deslumbrante la etérea y no por ello menos sabrosa espuma de habas, con alcachofas y sisas de base, un ligero toque de foie gras y mezcla de múltiples hojas tiernas. Baste decir como piropo que la elegancia de este jardín aromático y comestible recordaba a las mejores virguerías del genial Michel Bras. El jugoso taco de bacalao fresco, perfectamente asado, con espinacas a la crema y puré ligero de guisantes es, con toda seguridad, el mejor plato de bacalao, fresco, no en salazón, que uno ha podido comer en su vida.

Las carnes son todas de nota. Por citar dos sobresalientes: el pichón sangrante en cama de trigo sarraceno y sus interiores y las pecaminosas manitas de cerdo glaseadas a las especias, con bulbo de hinojo y un delicioso falso risotto (hecho con patata) a la trufa.

La repostería es otra de las facetas mas brillantes de la casa. Aquí quien diseña y manda es un joven cocinero de postres, Victor Vindel, que hace cosas de ensueño, de una compleja sencillez, como la sopa de cítricos con raviolis de fruta y helado de yogur griego o la capuchina a la vainilla espumosa con helado de cardamomo. Servicio impecable. Magnífica bodega. Los precios, muy por debajo de lo que aquí se ofrece. Está en un momento tan dulce como el del Alavés.

Datos prácticos:

Dirección: Avenida de Gasteiz, 21 (Vitoria).

Teléfono: 945 13 48 22.

Tarjetas: Sí.

Precio medio: 7.000/8.000 pesetas. menú degustación, con vinos, 7.250 pesetas.

Puntuación: 8/10.

Cierre: Domingos noche y martes.

Aparcamiento: No.

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