Una sociedad de accionistas
El sueño del canciller Gerhard Schröder es convertir Alemania en un país de accionistas tan involucrados en el capital productivo de sus empresas que dejen de verse a si mismos como obreros y se sientan casi propietarios. Ésta era la visión que el líder alemán articuló en marzo en la sede de la Volkswagen en Wolfsburg. Con su visita a la empresa automovilística, el canciller contribuyó al debate programático de la socialdemocracia alemana y no ocultó que admiraba el ejemplo anglosajón. Schröder exhortó a los trabajadores a convertirse en accionistas y a aprovechar la globalización, en lugar de defenderse de ella. El canciller entiende la "coparticipación obrera" como la contribución a una nueva cultura empresarial mediante la participación financiera en el capital productivo. Los sindicatos, advertía, tendrán que "cambiar sus estrategias y su forma de tratar a la gente", que por la vía de la participación se han convertido casi en empresarios.
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