Padilla afirma que su generación desea romper con el realismo mágico Su novela 'Amphitryon' es ganadora del Premio Primavera 2000
Tímido y algo abrumado al presentar su novela Amphitryon (ganadora del Premio Primavera 2000), Ignacio Padilla, escritor treintañero nacido en México, defendió ayer que su generación surgió para romper con los arquetipos del realismo mágico. Él nació con Cien años de soledad y defiende a los viejos escritores del boom. Pero dijo que, "tras olvidarse de exotismos chabacanos", la literatura ya puede mirar afuera.
"Nací cuando el boom era ya un fenómeno consagrado y me eduqué con García Márquez, Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa, pero ya estábamos hartos de lo que derivó de aquel fenómeno, que nos creó una angustia colectiva francamente deprimente hacia la literatura en español; aunque agradecimos mucho la lectura que hicieron del boom españoles como Javier Marías, Muñoz-Molina y Vila-Matas", explicó ayer Padilla. El joven pero curtido escritor vino a Madrid para presentar Amphitryon (Espasa), con la que consiguió el mes pasado el Premio Primavera de Novela, dotado con 30 millones de pesetas, que convoca Espasa y El Corte Inglés. Ignacio Padilla (Ciudad de México, 1968) lamentó los excesos que siguieron al boom (evitó dar nombres). Por eso su generación, denominada crack, que emerge en los años sesenta y setenta y en la que se agrupan Jorge Volpi y Ángel Palou tenía ganas de demostrar que se pueden contar cosas muy diferentes y de otra manera, dijo.
Literatura en 'Playboy'
Él ya se ha lanzado a escribir en Amphitryon una historia que centra su mirada en Centroeuropa. En ella plantea un problema de identidades y la obsesión antiquísima de todo ser humano por ser otra persona. Eligió esa zona de Europa porque cualquier problema de identidad, considera que conduce al origen del Imperio Austrohúngaro ("parece mentira que tengamos una memoria tan flaca", opinó al comentar los problemas nacionalistas en los Balcanes); de la misma forma que si hubiera querido reflejar la corrupción que genera el poder se hubiera quedado en México, añadió.
La diabólica intriga de Amphitryon se inicia con dos suplantadores, que, tras una partida de ajedrez, intercambian sus vidas. Y que con la identidad de otros decidirán el destino de millones de seres durante el nazismo.
Además de cultivar un estilo "meticuloso, arquitectónico", razones por las cuales ha sido calificado como escritor de estilo, el autor ha querido superarse en Amphitryon y combinar su gran veta cuentista con su fidelidad al estilo.
Profesor de literatura en la Universidad de las Américas (México) y poseedor de varios galardones literarios, Padilla defendió el "buen periodismo" que se hace en la revista erótica Playboy, que dirigió durante una etapa en México. Dijo un periodista: "Pero cuando uno coge el Playboy no va a buscar literatura...". Padilla, serio, respondió que depende. Que él quiso tratar de copiar el Playboy estadounidense, descubridor de la generación beat y de Woody Allen, "que, aunque no se sepa, es un gran escritor".
Y puestos a defender, también elogió el nuevo idioma que está surgiendo de la generación de hispanos nacidos en EE UU. "El español no debe tener miedo de un hermanito que interese y nos comunique a todos".
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