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La violencia paramilitar y guerrillera ha obligado a exiliarse del país a 800.000 colombianos

Juan Jesús Aznárez

El presentador de televisión Fernando Gómez Pacheco y 800.000 compatriotas más huyeron de Colombia en los últimos cuatro años con el miedo en los talones. Gómez estaba convencido de que, si la guerrilla secuestró al ídolo ciclista Luis Herrera en marzo, todo era posible. "A un tipo como tú no le tocan", le dijeron sus amigos. Pero a su primo Guillermo Cortés, productor de televisión, le tocaron en su finca de las afueras de Bogotá. "Me voy porque tengo miedo", confesó. "El mismo miedo que cientos de colombianos que ya partieron, el mismo que sienten los que quieren irse y no pueden".De acuerdo con datos oficiales, unos 800.000 colombianos, el 2% de un país de 40 millones de habitantes, emigraron en los últimos cuatro años hacia Estados Unidos (la gran mayoría), Venezuela, Ecuador, Panamá o Europa. Un total de 350.000 lo hicieron en 1999.

Costa Rica, Australia, Canadá, España y los países de la Europa occidental son los destinos apetecidos por quienes huyen del desquiciamiento nacional, la cultura de la violencia o la recesión encajada a partir de mediados de 1998, la peor del siglo, que agregó a la tradicional emigración de los más pobres la de miles de profesionales. Cerca de seis millones de colombianos viven fuera de su país.

Y como Pacheco, nacido en España pero colombiano de corazón y de domicilio, muchas figuras nacionales hicieron las maletas temiendo caer en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), del Ejército de Liberación Nacional (ELN), de los paramilitares de Carlos Castaño, del narcotráfico o de las bandas de delincuentes comunes que secuestran y venden sus víctimas a los grupos anteriores.

No es gratuito el miedo de Pacheco al cautiverio. La juez Edna Patricia Cabrera fue liberada el pasado día 12 después de haber permanecido secuestrada casi 13 meses en uno de los campamentos de la guerrilla.

Ninguno de los que se han ido ambicionaba el martirologio, y todos optaron por una diáspora de efectos corrosivos sobre el ánimo de sus protagonistas y el patrimonio humano de Colombia. El historiador Arturo Alape, autor de varios textos sobre la vida del septuagenario Manuel Marulanda, Tirofijo, líder de las FARC, sufre también el exilio amenazado por los paramilitares. "Es como si existiera un proyecto para arrebatarle la inteligencia al país". "Es la descapitalización cultural", coincide el politólogo Gonzalo Sánchez, investigador de la Universidad Nacional, que compara la situación colombiana con la padecida por el Cono Sur durante las dictaduras militares. "El último en salir que apague la luz", pedía una pintada de Montevideo.

Tomar partido por la paz y la tolerancia, ser rubio o pronunciar la zeta pueden ser razones suficientes para caer entre grillos. Hace dos años, un tercio de los colombianos atribuía a la inseguridad y la violencia los principales móviles detrás de la emigración. Hoy ese índice es del 50%, según un estudio de la empresa Gallup. Un programa oficial protege a 300 personas y 113 sedes de sindicatos y organizaciones sociales: sólo en dos años han sido asesinados 30 defensores de derechos humanos, 27 huyeron y otros cuatro fueron secuestrados.

"¿Quién no está amenazado en este país?", preguntó Pacheco. Sólo la guerra interna, los cruces de dinamita y salvajadas desplazaron a dos millones de personas. Y quienes denuncian las barbaridades pagan las consecuencias. "Todo esto tiene la enorme desventaja de hacer perder a la sociedad civil la confianza en el proceso de paz", opina Carlos Lleras de la Fuente, director del diario El Espectador.

La industria del secuestro acabará cotizando en Bolsa: 2.800 víctimas a lo largo de 1999, de ellas 206 menores de edad. Los medios de comunicación han sido especialmente castigados. Colombia es el país más peligroso de América Latina para los periodistas: 151 informadores fueron asesinados en los últimos 20 años, siete de ellos en 1999, y otros 300 sufren distintas amenazas, según datos de la Fundación por la Libertad de Prensa.

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