"Un libro de amor"
Guillermo Carnero (Valencia, 1947), premio de poesía en castellano por Verano inglés (Tusquets), formó parte de la famosa antología de José María Castellet Nueve novísimos poetas españoles, publicada en 1970. Carnero explicó ayer que, "aparte de lo personal", ve el premio como "una llamada de aviso para que los jóvenes huyan de la tentación de seguir la práctica casi uniforme, y muy monótona, de ese utilitarismo de la poesía narrativa". Economista, filólogo, catedrático de Literatura y también una voz prestigiada en el ensayo crítico, Carnero conoció la noticia por la radio tras examinar a sus alumnos de la Universidad de Alicante. Tras la sorpresa, aseguró estar "muy alegre, muy contento y muy agradecido" por el que constituye el primer galardón de su carrera. "No me he presentado nunca a ningún premio, supongo que por timidez", confesó. Y dijo que daba un gran valor a un premio fallado por los propios compañeros en sus tres facetas profesionales: "Críticos, profesores de literatura y poetas".
Aunque explicó que "realmente el mejor premio de un escritor es que lo lean" ("y por eso no me puedo quejar", matizó), Carnero afirmó que el Premio de la Crítica es "una de las mayores distinciones que se puedan recibir en este país".
Intensidad lírica
"Verano inglés posee una gran intensidad lírica, con formas muy ajustadas y depuradas", dijo el miembro del jurado Enrique Baena. "Logra una simbiosis entre los ecos tradicionales de un Garcilaso o un Villamediana con la vertiente simbolista. La mirada del yo lírico se manifiesta caleidoscópicamente, con registros que van de lo grave a lo humorístico. Carnero no renuncia a lo cultural y erudito, pero tensa todos los momentos de la experiencia, se hace directo y autoirónico".
El autor destacó de su obra que es "un libro de amor, del primer poema hasta el último", y puntualizó que "mantiene las líneas del culturalismo", la estética rupturista de la generación del 70, que situó en sus textos "un aporte cultural mayor y muy visible" así como un sustrato literario, "en español y otras lenguas, que supone una cierta vuelta al Barroco y a la vanguardia, que obligan al lector a tener bastantes referencias y que, en cierta manera, supone un problema de entendimiento".
Carnero publicó su primera obra, Dibujo de una muerte (1967), a los 19 años y saltó a la primera línea de la poesía con los conocidos como novísimos: Pere Gimferrer, Leopoldo María Panero, José María Álvarez, Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Martínez Sarrión, Félix de Azúa, Vicente Molina Foix y Ana Maria Foix.
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