La justicia de Chile rechaza la petición de Pinochet de someterse a otro examen médico

La Corte de Apelaciones de Santiago rechazó en un reñido resultado, de 11 votos contra 10, la solicitud de la defensa de Augusto Pinochet de que se le practicaran exámenes médicos en Chile, antes de los alegatos de las partes sobre el desafuero del ex dictador. Pero a la vez, acatando una petición de la Corte Suprema y después que tres abogados de la derecha interpusieran en la noche del jueves un recurso de protección a favor de Pinochet, pidiendo que no se televisaran los alegatos, la Corte de Apelaciones ordenó suspender la transmisión que iba a efectuar la televisión estatal.

Aunque no se esperaban manifestaciones, el Palacio de los Tribunales de Justicia amaneció ayer con una fuerte protección policial para la primera resolución de una Corte chilena en el caso Pinochet, y el debate de los jueces fue arduo, con una duración de dos horas y media, para una decisión que constituyó un anticipo de cuán estrecho puede ser el resultado de la votación del desafuero.La resolución constituyó una salida salomónica de la Corte de Apelaciones, que sugiere que existiría una leve mayoría de jueces contraria a Pinochet. Según el fallo, cuando se realicen los alegatos de las partes, que fueron diferidos por solicitud de los querellantes hasta el miércoles 19 de abril, la petición de exámenes podrá ser nuevamente evaluada ese día por los magistrados. A la votación sólo faltaron tres jueces, entre ellos Juan Guzmán, quien investiga las 81 querellas criminales que han sido presentadas contra el ex dictador.

Fuertes presiones han precedido las decisiones de los magistrados. En la víspera, 22 senadores de la derecha y designados dieron a conocer una declaración criticando que el Consejo de Defensa del Estado (CDE, Fiscalía) interviniera en el proceso, impugnando la oportunidad de la solicitud de exámenes médicos a Pinochet. Según los parlamentarios, la actitud del CDE no respeta el derecho al debido proceso del general y es contradictoria con la posición que Chile tuvo en Londres durante la detención de Pinochet, al pedir que no se concediera su extradición a España y fuera liberado por su grave estado de salud.

El planteamiento provocó una enérgica reacción del presidente Ricardo Lagos, quien calificó de "grave" e "impropia" la declaración de los parlamentarios derechistas, los acusó de intentar presionar a los tribunales y les pidió respetar la independencia de la justicia y mantener la calma.