Inventario de arquitectura

JOSÉ RAMÓN GINER

Si son ustedes aficionados a la arquitectura o, simplemente, a viajar y curiosear por nuestros pueblos, yo les recomendaría que se hicieran con un ejemplar de esta Guía de la Arquitectura de la Provincia de Alicante que acaba de publicarse. Se trata de un libro excelente, muy bien documentado, donde se recogen imágenes y datos de casi un millar de edificios y construcciones de la provincia alicantina. El trabajo, de una enorme laboriosidad, constituye, prácticamente, una historia de la arquitectura de estas tierras. Su aparición, en estos momentos, no puede considerarse una casualidad, sino el resultado de ese interés creciente que los temas arquitectónicos vienen despertando entre los ciudadanos.

En los últimos años, la atención del público por el urbanismo y la arquitectura no ha hecho sino aumentar. Los diarios, las revistas, los suplementos culturales hablan a menudo de estos asuntos y los tratan con rigor y una gran curiosidad. Los nombres de algunos arquitectos resultan conocidos. Se discuten sus obras. Se critican. Edificios como el Guggenheim se convierte en fenómenos que desbordan todas las previsiones, hasta modificar la percepción de una ciudad. Diríamos que, pasada la época del asombro por aquellas construcciones altísimas y espectaculares que tanto afearon nuestras ciudades, se comienza a considerar la arquitectura de otra manera, sintiendo que forma parte de un paisaje más íntimo y cotidiano. Naturalmente, todo esto va unido a la aparición de un ciudadano menos conformista, más exigente y reivindicativo. Entre nosotros, polémicas como las del Botánico, en Valencia, o la del palacio de congresos, en Alicante, capaces de movilizar a miles de personas, así parecen confirmarlo.

Durante algo más de dos años, un equipo de profesores de la Escuela de Arquitectura de Alicante -Martínez Medina, Justo Oliva, José Luis Oliver, Armando Sempere y Juan Calduch- ha recorrido la provincia de uno a otro extremo. Dirigidos por Gaspar Jaén, estos arquitectos han inspeccionado cada ciudad, cada pueblo, cada caserío. En todos, han tomado nota de cuanto allí había de importancia y merecía ser recordado. Después, han visitado archivos, estudios, bibliotecas, para datar las obras. Concluido este dilatado trabajo, aún les aguardaba uno más arduo y dificultoso: reducir las cerca de dos mil edificaciones seleccionadas a las 866 que finalmente contiene el libro.

El resultado es una obra magnífica, de una gran utilidad y que interesará a un público muy diverso. Por supuesto, a los profesionales. Pero, también, y yo me atrevería a decir que muy principalmente, al viajero y al curioso. Tal como ha sido concebida, esta Guía de la Arquitectura de la Provincia de Alicante puede utilizarse como un práctico vademécum para recorrer la provincia, descubriendo sus edificios y conjuntos urbanos. Con todo, quizá el resultado más admirable de este libro sea enseñarnos a percibir de otra manera nuestras ciudades y pueblos y entender que la civilización no es sino el esfuerzo continuado que sucesivas generaciones van dejando en su obra.