Los mandatarios buscan culminar sus carreras con un acuerdo

El presidente estadounidense, Bill Clinton, busca en Ginebra un acuerdo entre Israel y Siria que le sirva de broche de oro a su último mandato, un objetivo muy similar al que trata de alcanzar el presidente Hafez el Asad, para quien un pacto supondría la culminación victoriosa de una dinastía, antes de transferir la vara de mando a su hijo Bashar.Pero para que el acuerdo entre Israel y Siria pueda culminar con éxito es necesario antes solventar complicados problemas de estrategia política, que se centran en cuatro puntos claves: el monte Hermón, los altos del Golán, la delimitación de las fronteras y el control de las aguas del mar de Galilea y del río Jordán.

Israel y Siria parecen haber llegado a un acuerdo con respecto a los dos primeros contenciosos. La base de seguimiento y control del monte Hermón, ahora bajo mandato de los israelíes, pasaría a manos de una fuerza internacional, mientras que los altos del Golán serían devueltos plenamente al régimen de Damasco.

Mucho más compleja es la solución del contencioso sobre la delimitación de fronteras, ya que, aunque ambas partes están de acuerdo en aceptar la línea de 1967 como la única válida, israelíes y sirios discuten respecto al trazado de la misma. Mientras el Gobierno hebreo trata de desplazar la frontera algunos metros hacia el oeste para mantener el control absoluto sobre el mar de Galilea, los sirios reclaman el libre acceso a la orilla, lo que significaría la posibilidad de mermar el caudal del río Jordán, la principal fuente de aprovisionamiento de agua para Israel y Palestina.