El Parlamento impulsa la creación de un centro para drogadictos marginales

El Parlamento apoyó ayer la puesta en marcha del primer centro de Euskadi dedicado a atender a los drogadictos marginales. Este centro sociosanitario, que se ubicará en Bilbao La Vieja, servirá para que los toxicómanos más irreductibles -aquellos que han fracasado en sus curas de desintoxicación y viven desarraigados de su familia y en una situación de absoluta marginalidad- puedan acudir a descansar unas horas, ducharse y recibir una jeringuilla nueva a cambio de la usada.

El centro supone un primer paso para intentar atraer a este tipo de personas a los servicios más convencionales que existen en la red pública de Osakidetza dedicados a tratar a los drogodependientes. El servicio se ubicará en el barrio de Bilbao La Vieja, una de las zonas de mayor concentración de drogadictos marginales, según adelantó ya hace unas semanas la secretaria de Drogodependencias del Gobierno, Kontxi Gabantxo. El debate sobre los centros sociosanitarios de acogida a drogodependientes llegó hasta el Parlamento a través de una proposición de ley del PSE más ambiciosa que la que finalmente ha sido aprobada. La transacción realizada entre todos los grupos presentes ayer en la Comisión de Sanidad (PNV, EA, PP, PSE y UA) hizo posible el acuerdo. Los partidos se comprometen a impulsar esta iniciativa, apoyando a la Administración competente -en este caso, el Ayuntamiento de Bilbao- y a las asociaciones que trabajan en este ámbito a través de la dotación de medios materiales, humanos y con asesoramiento.

Sin lugar para inyectarse

El PSE incluso era partidario de que el centro incorporara una sala específica para que los drogadictos pudiesen inyectarse en condiciones higiénicas en lugar de hacerlo en lugares insalubres. Finalmente este extremo no ha sido aceptado, aunque la resolución aprobada recoge que si la experiencia de Bilbao La Vieja funciona, posteriormente se procederá a la regulación de estos centros como un recurso más de la actual red de atención a drogodependientes, introduciendo las mejoras que fueran necesarias para satisfacer la oferta.

El servicio dispondrá de seis profesionales y contará con zonas de aseo y un área de descanso donde los usuarios podrán tomar algo caliente. Los toxicomános recibirán asistencia sanitaria y podrán charlar con un educador social.

La parlamentaria socialista Gemma Zabaleta reclamó "medios públicos excepcionales" para paliar el deterioro del colectivo de drogadictos marginales y "tacto" con los vecinos de la zona donde se ubique el centro para que no rechacen el proyecto por desconocimiento o incomprensión social.

La representante del PNV Estefanía Beltrán de Heredia reconoció que los cambios en el perfil del toxicómano obligan a variar el sistema de asistencia.