Euskera con 'sokatira'
El pabellón de la escuela Luis Elejalde de Vitoria se convirtió desde el lunes de la pasada semana y hasta ayer en un hervidero de niños y niñas que trataban de compaginar el aprendizaje de juegos tradicionales con la práctica del deporte rural, todo ello procurando hablar en euskera, porque de eso se trataba. Como en años anteriores, 20 centros de educación primaria de Vitoria han aunado esfuerzos para sacar adelante la Semana del Euskera que este año ha tenido como hilo conductor las diversiones y deportes tradicionales. Después de estos seis días en la capital alavesa, las actividades concluirán hoy en la ikastola de Durana.En total, han sido 3.383 los alumnos de 6 a 12 años que han comenzado a conocer algunos de los juegos más habituales de las calles y plazas del País Vasco antes de la llegada de la play-station. Ahí estaban el juego de la rana, los zancos, los andabotes o el aro, para cuya práctica hacían falta habilidad y, sobre todo, tiempo de dedicación mayor que el de la hora y media con que contaba cada grupo en esta fiesta organizada por la asociación cultural Kulki.
A pesar de esta escasez de tiempo para dedicarse a los juegos más difíciles, los pequeños que han participado en estas actividades han disfrutado como nunca. "Creemos que en la cultura tradicional hay muchos valores que se podrían aplicar en la vida urbana, como por ejemplo el uso de materiales tradicionales", explica el miembro de Kulki Asier Lafuente, encargado de coordinar el levantamiento de fardo, una de las actividades que han gozado de más éxito.
Aunque quizás la que más sorprende es la trainera. Enclavada en mitad del polideportivo, gracias a la familiaridad con la realidad virtual y a la imaginación propia de los más pequeños se convirtió en la atracción más solicitada de todas las que configuran las actividades de esta semana del deporte tradicional. Más incluso que el frontón, las chingas o el yunque; y en seria competencia con la sokatira.
Mikel Lacalle, profesor de la ikastola Adurza, a la que le correspondió el turno del jueves por la mañana, destacaba el éxito de esta semana: "Participamos la práctica totalidad de las escuelas públicas alavesas; se trata, en fin, de que los niños se animen a hablar en euskera fuera de lo que son las actividades docentes habituales. Y siempre alrededor de un tema -el año pasado, fue la mitología- que les distraiga de los contenidos habituales en las horas de clase".
Sin olvidar el componente festivo. "La fiesta es el espejo de la sociedad y muestra sus componentes culturales: danza, música, deporte o lengua son distintas expresiones de esa sociedad", recuerda Lafuente que formó hace dos años y medio junto con Luis Etxebarria, también licenciado en Educación Física, esta asociación que trata de mantener vivos los juegos tradicionales.
Mientras los dos grupos mixtos tiran cada uno del extremo de la cuerda, animados con ahínco por Etxeberria (y con la colaboración de los profesores que, muchas veces se lo pasan mejor que los alumnos), los responsables de Kulki siguen en la busca de nuevos juegos que lleven la fiesta allá donde les llamen para impulsar el euskera desde los entretenimientos tradicionales.
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