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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

¡Basta ya!

En el País Vasco hay personas amenazadas y agredidas por sus ideas: enseñantes cuyos alumnos pintan en el aula su nombre en el centro de una diana, concejales a los que incendian el coche, la casa o la tienda, políticos, periodistas o jueces que tienen que tomar cada día precauciones por haber aparecido sus datos personales en listas intervenidas a los activistas de ETA. Otros muchos tuvieron que irse de Euskadi por ese motivo. Una lista de más de 800 muertos da sobrada verosimilitud a las amenazas. Por eso es justa la iniciativa de los ciudadanos y colectivos que han convocado una manifestación en San Sebastián bajo el lema "Por la libertad, ETA kanpora [fuera]".Hasta 1998, el PNV -sus sedes y militantes- fue el partido más atacado por los encapuchados; desde la firma del pacto de Estella, las agresiones de ese tipo se concentran casi exclusivamente sobre los partidos no nacionalistas. El año pasado hubo 38 acciones contra el PP y 32 contra los socialistas. En lo que va de año, todas o la inmensa mayoría de las agresiones sectarias lo han sido contra sedes y militantes del PSOE, lo que parece indicar la existencia de un diseño deliberado; tal vez una advertencia antes de las elecciones, como teorizaron en su día el asesinato de Gregorio Ordóñez.

Por la lenidad de las autoridades, o por los motivos que fuere, es un hecho que los agresores actúan con gran impunidad. Además, la comprensión y solidaridad de los dirigentes nacionalistas hacia los presos de ETA contrasta con la indiferencia hacia sus víctimas. Lo que une a éstas, en el 90% de los casos, es únicamente su condición de no nacionalistas. Condición que comparte aproximadamente la mitad de los ciudadanos -y contribuyentes- del País Vasco.

El PNV, que lleva 20 años gobernando, debería ser el partido más interesado en encabezar una manifestación por el derecho de todos los ciudadanos a defender las propias ideas sin temor a ser agredidos, y por la disolución de ETA. Así lo ha entendido el ex alcalde nacionalista de Vitoria José Ángel Cuerda, uno de los firmantes del llamamiento para la manifestación, que acaba de reconocer en una entrevista que los no nacionalistas "viven atemorizados por los violentos". La respuesta de Anasagasti ha sido invitarle a "abandonar el partido si tanto discrepa de su estrategia". Estrategias e ideologías aparte, la dignidad y el valor cívico estarán hoy representados en San Sebastián por quienes se movilizan por la libertad de todos.

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