San Onésimo
Su santidad Clemente del flamenco estado papal del Palmar de la Troya de faralaes ha canonizado a todos los facinerosos que le suenan de la primera Enciclopedia Álvarez de Tercer Grado. Pero, al no estar ensinistrats en los vericuetos de la liturgia vaticana, los santifican indecorosamente, por partida doble, como san Franco, san Carrero, san Josantonio o san Onésimo Redondo, cuyo memorial no creo que sea hoy, pues lo traspasaron en una emboscada a finales de julio del 36, el emblemático mes que tanto ayudó a vestir con camisa vieja de pobre sometido a Mussolini.Hoy es san Onésimo de verdad -del griego onesimós, útil-, conocido urbi et orbi gracias a una paulina epístola, esclavo huido y ladrón empedernido de su amo Filemón -"si algo te debe, pónlo a mi cuenta; yo, Pablo, lo pagaré"-, recogido -una eficaz captatio benevolentiae- y liberado por san Pablo: "Onésimo, mi hijo, a quien engendré a la fe en mi prisión, inútil para ti, pero ahora bien útil para ti y para mí" (Flm. 9-11). También hoy, día de santa Juliana -de Iulius, hijo del troyano Eneas-, mártir turca -o ya kurda- del 305, ratificó, en 1502, Ferran el Catòlic la fundación municipal y borjana de la iluminadora Universidad de Valencia.
Pues en la onomástica del fundador de las fascistas JONS, el facha Redondo de la entonces Quintanilla de Abajo, ahora aún "de Onésimo" (para que pueda ir a jugar alchamelo Josemari), el patrón de los criados no le protegió y se quedó sin acta de diputado por Ávila en las elecciones que, tal día como hoy -en 1983, huelga general en el Sagunto de Mario contra la reconversión industrial- de 1936, ganó el Frente Popular y a ellos qué: lo que las urnas les negaban, lo arrebataban con la dialéctica de los puños y las pistolas a fin de mantener un sumiso pueblo de siervos y no de ciudadanos libres.
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