Mortier quiere que el Festival de Salzburgo sea un acto de resistencia El director está reconsiderando su plan de retirarse este año
El Festival de Salzburgo deberá ser el próximo verano "un acto de resistencia", según propone el director del prestigioso festival, el belga Gérard Mortier. Contra la "ideología cultural" del partido ultraderechista de Jörg Haider prepara una fiesta oriental financiada "por un árabe de Egipto" un día antes de la inauguración del festival, que durará del 23 de julio al 31 de agosto. También prevé un acto adicional a la apertura, con discursos políticos de importantes artistas europeos
Gérard Mortier, de 55 anos, está reconsiderando su plan de retirarse prematuramente de su cargo al concluir la próxima entrega del Festival de Salzburgo, en protesta contra el ascenso al Gobierno de "un partido fascista en el verdadero sentido de la palabra, aunque se haya servido de medios democráticos para alcanzar el poder". En una rueda de prensa insinuó que podría permanecer un año más en Austria, pero únicamente si no se incorpora un funcionario derechista a la administración del festival, lo que cree poco probable. Mortier no confía en que el canciller conservador Wolgang Schüssel pueda impedirlo, porque, según sus palabras, "Schüssel es un rehén de Haider".
El belga, que arrastra a fieles adeptos y fieles enemigos desde que llegó en 1991 a Salzburgo a arrancarle la pátina añeja al festival, criticó que en su programa cultural el Partido Liberal (FPÖ) de Haider propaga la reverencia ante la tradición, rechaza toda forma de "multiculturalismo", da absoluta preferencia a la lengua materna (alemán) y define arte como asunto privado. "Nunca leí idiotez semejante", dijo Mortier; "el arte nunca fue asunto privado, y Mozart fue un europeo con muchas raíces".
Hipocresía
En vistas de la actual constelación política en Austria, sería para él "una gran hipocresía" inaugurar el festival de la forma acostumbrada, como si nada hubiese sucedido. Mortier pone de relieve que esta Austria gobernada por un partido xenófobo supone un grave riesgo para este festival, que depende de un público mayoritariamente extranjero.
Le está costando ahora muchos esfuerzos retener a la clientela de Estados Unidos y Gran Bretaña, así como a los financieros belgas. Mortier mencionó que tuvo que insistir para que el canal de televisión ARTE (francés-alemán) no eliminara de su programa la transmisión de una ópera de Salzburgo. "Tendremos muchas pérdidas económicas este año, y sabemos que el partido de Haider me echará las culpas a mí", se lamentó Mortier.
Clemens Hellsberg, presidente de la Orquesta Filarmónica de Viena, compareció en la rueda de prensa en Salzburgo para hacer un reproche a Gérard Mortier: "Teatralmente hablando, nos sentimos un poco traicionados por usted", dijo, "porque nosotros los filarmónicos no podemos abandonar el país tan fácilmente como usted".
El Festival de Salzburgo presenta este año, en 200 funciones, 70 conciertos, ocho óperas y seis obras de teatro. Zubin Mehta, Roger Norrington, Lorin Maazel, Riccardo Muti, Pierre Boulez, Kent Nagano, Sylvain Cambreling y Mariss Jansons figuran entre lo más destacado del programa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.