Una exposición narra el encuentro del mundo griego y la cultura ibérica El Arqueológico Nacional reúne 326 piezas

La leyenda y la historia de hace 2.500 años se convierten en una exposición donde se narra el encuentro entre el mundo griego y la cultura ibérica. La muestra Los griegos en España. Tras las huellas de Heracles, inaugurada ayer por la reina Sofía en el Museo Arqueológico Nacional, de Madrid (Serrano, 13), está formada por 326 piezas procedentes de 20 instituciones. El montaje, abierto al público hasta el 30 de abril, se verá después en el Arqueológico de Barcelona.

"La Dama de Elche no sería posible sin la influencia de los griegos", afirmaron ayer las comisarias de la muestra Los griegos en España, Paloma Cabrera, conservadora jefe del departamento de antigüedades clásicas del Museo Arquelógico Nacional, y Carmen Sánchez, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid. La muestra, con un presupuesto de 45 millones de pesetas, está patrocinada por la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM).El montaje, diseñado por Jesús Moreno, contiene 326 piezas, de las que 103 pertenecen a los fondos del Arqueológico de Madrid, y el resto a otros museos e instituciones, como el Vathy de Samos (Grecia) y el Louvre. Una versión de 250 obras acompañó a los Reyes en su primer viaje oficial a Grecia, en mayo de 1998, siendo vistas en el Arqueológico de Atenas por 25.000 personas.

La directora del Arqueológico de Madrid, Marina Chinchilla, dijo ayer que era la primera vez que se organizaba una exposición sobre la presencia de los griegos en la península Ibérica. "Está hecha con el máximo rigor científico y al mismo tiempo con un carácter divulgativo y didáctico". Con este motivo, el museo ha preparado un concierto de música griega el día 23 de febrero y un ciclo de conferencias donde van a intervenir Ricardo Olmos, Paloma Cabrera, Isabel Rodá, Carmen Sánchez, Xavier Aquilué, Marta Santos y María Paz García Bellido, entre otros.

Biberón y muñeca

Bronces, terracotas, vasos cerámicos, monedas, orfebrería y esculturas griegas e ibéricas se han distribuido en los tres apartados de la exposición, que sitúan a Iberia desde la mirada y la palabra de Grecia, los viajes y el comercio y la recepción ibérica. Como piezas singulares figuran la lúnula de bronce donde aparece la lucha de Heracles y Gerión, los hallazgos griegos arcaicos en Huelva, Málaga y Almería, la escultura de Asclepios, la cabeza de Apolo de Ampurias, los hallazgos de época clásica del pecio de El Sec (bahía de Palma de Mallorca), las tumbas ibéricas de Baza y Galera (Granada) y de Los Villares (Albacete).

La exposición sigue las huellas de Heracles, modelo de héroe viajero que marca con las columnas los límites del mundo junto al océano. El mito y la historia se funden con los primeros viajes y el intercambio comercial, desde el siglo VII antes de Cristo hasta la conquista romana de Hispania. En el montaje aparecen también la tumba 19 de la necrópolis fenicia de Laurita (Granada), la necrópolis del Puig des Molins (Ibiza), la reconstrucción de un andrón o sala de banquetes masculina en Ampurias junto al espacio femenino del gineceo -incluido un biberón de cerámica y una muñeca de terra-cota-, la bicha de Bazalote y un conjunto de Porcuna.

Las comisarias destacan de estos cuatro siglos la presencia comercial, sobre todo desde Ampurias, con unos intercambios fundamentales para el Mediterráneo antiguo que no significaron una colonización griega. Los griegos aportan objetos de lujo que sirven para realzar el prestigio social de los aristócratas iberos, se depositan en las tumbas y sirven de modelos, a los que presta sus propias técnicas y originalidad.

Para el director general de Bellas Artes, Benigno Pendás, este tipo de exposiciones "dicen la verdad sin complejos" al descubrir los orígenes a "españoles orgullosos" de pertenecer a una colonia griega y romana, "cuando se investiga sin prejuicios y con libertad".