La feria espera que las ventas sigan su línea ascendente
Muchas caras sonrientes. Esa era la tónica general de los galeristas que participan en esta decimonovena edición de Arco. "Hay signos clarísimos, esto es algo que ya se ha notado a lo largo de la temporada, de que el mercado se ha recuperado y ésta será una buena edición, aunque seguramente sin llegar a la locura de finales de los años ochenta", comenta el galerista valenciano Tomás March. "Datar el momento en que empezó esta recuperación es más difícil que señalar la fecha en que comenzó la crisis, que fue en 1992 y coincidió con la guerra del Golfo", comenta Juan Riancho, de la galería Siboney, de Santander. Para algunos galeristas, la recuperación del mercado comenzó a notarse ya hace cinco años, pero otros señalan como fecha clave el año pasado. La mayoría de los consultados, sin embargo, coincide en afirmar que las ventas comenzaron a remontarse hace tres años y se han ido incrementando de forma progresiva. En lo que sí hay coincidencia es en afirmar que se espera superar este año los buenos resultados de la pasada edición, y en la confianza de que este crecimiento se mantendrá aún los próximos dos años.
Economía y tendencias
Las razones de esta recuperación son variadas. Se habla del crecimiento general de la economía, que influye, naturalmente, en el mercado del arte; de que parte del dinero negro que no podrá convertirse al euro se invierte ahora en arte, lo que situaría el inicio de la próxima crisis en el año 2002; y, también, de que la crisis que se vivió en los noventa coincidió, además, con un cambio en las tendencias artísticas, por lo que el público ha necesitado varios años para acostumbrarse y arriesgarse a comprar. De hecho, varios responsables de galerías aseguraban que se ha creado un nuevo coleccionista más joven que se aviene más a lo que ofrecen los nuevos creadores.
Los precios, sin embargo, no han sufrido ningún crecimiento espectacular, como sí sucedió en los años de bonanza de los ochenta por la entrada en el mercado de un alud de especuladores. En buena parte de las galerías españolas pueden encontrarse obras entre 30.000 y 200.000 en la banda más baja y de 600.000 a cinco millones en la banda alta, si bien estos precios suelen aumentar en el caso de las salas extranjeras. Hay numerosas excepciones que afectan principalmente a las galerías de vanguardias históricas y en las que llevan a artistas contemporáneos ya consagrados como, por ejemplo, es el caso del Tàpies de 1998 Ulls i bandes negres, que ofrece la galería Soledad Lorenzo por 31 millones.
Babelia
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