Todos los hospitales públicos solicitan la píldora abortiva salvo en Navarra y La Rioja Cuatro clínicas privadas recibirán hoy la RU-486, según el laboratorio distribuidor
La píldora abortiva se presentó oficialmente ayer en España. Pero no llegó a ningún centro sanitario, según fuentes del laboratorio distribuidor, Anhroc Pharma. Hoy dispondrán de ella cuatro clínicas privadas, que cuentan con servicio de farmacia propio. Todos los hospitales públicos, menos los de La Rioja y Navarra, también han solicitado la RU-486, informó Europa Press. Esto no quiere decir que vayan a recetarla. Todos los abortos quirúrgicos de menos de siete semanas, que ahora podrán ser provocados con la píldora, se hacen en centros privados.
Las llamadas de mujeres que pedían información sobre el nuevo medicamento colapsaron ayer las centralitas de muchas de las clínicas privadas acreditadas para interrumpir embarazos, según Consuelo Catalá, presidenta de la asociación que las agrupa, ACAI. La RU-486 permite abortar durante las primeras siete semanas de gestación sin necesidad de pasar por el quirófano, y con una eficacia superior al 97%. La clínica Dator de Madrid será una de las primeras en recetar la píldora, que fue aprobada en julio para ocho países, entre ellos España, por la Agencia Europea del Medicamento. La portavoz de Dator, Victoria Virtudes, aseguró que ya hay citas dadas para suministrar la RU-486. Dator cuenta con un servicio de farmacia propio, por lo que ha podido solicitar la píldora directamente al laboratorio. Otros centros que no cumplen este requisito impuesto por el Ministerio de Sanidad para recetar la RU-486, con la que han abortado 500.000 europeas desde su comercialización en 1988, deberán pedirla a través de un hospital de referencia.
Problemas burocráticos ACAI se reunió ayer en Madrid y advirtió por medio de un comunicado que "en algunas comunidades autónomas" hay problemas administrativos que dificultan la llegada del medicamento a las clínicas privadas. Su presidenta, Consuelo Catalá, citó a Castilla y León y la Comunidad Valenciana, gobernadas por el PP, entre ellas.
Los hospitales de Navarra y La Rioja, los únicos que según el laboratorio no han solicitado la píldora, no hacen abortos, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad. Pero en esas comunidades tampoco hay centros privados que los hagan.
El consejero navarro de Salud, Santiago Cervera, aseguró ayer que esa comunidad no usará la píldora, pero no por una decisión política o moral, sino porque no existen facultativos que estén dispuestos a practicar abortos. "Los profesionales son los que se niegan a realizar abortos sin dar lugar a que se solicite la píldora", dijo Cervera. En Castilla y León la situación es más complicada, ya que hay tres clínicas privadas que deberán adscribirse al servicio de farmacia de algún hospital. Y ninguno de ellos interrumpe embarazos.
Según el Ministerio de Sanidad, los problemas que pueden producirse no serán burocráticos, ya que el trámite exigido es el mismo que para cualquier otro medicamento de uso exclusivamente hospitalario, sino de distribución.
Si se superan todos los escollos, muchos de los 50.000 abortos legales que se hacen en España cada año podrán eludir el quirófano. Casi el 65% de ellos interrumpen embarazos de menos de ocho semanas, y el medicamento es efectivo hasta la séptima semana de gestación.
Lo que tienen claro las clínicas es que el número de abortos no aumentará con la llegada de la RU-486. Para someterse a un aborto, sea quirúrgico o no, la mujer debe acogerse a uno de los tres supuestos amparados por la ley: violación (menos del 1%), malformación del feto (poco más del 2%) y riesgo para la salud, física o mental, de la madre (98%). Y, aunque el aborto por medio de la RU-486 es mucho menos complicado que a través de cualquier otro tipo de intervención, no está libre de molestias: la mujer no sólo debe acudir a la consulta y tomarse tres pastillas. Antes deberá haberse sometido a análisis y, entre 36 y 48 horas después, tendrá que acudir de nuevo a la clínica y tomar otro medicamento para expulsar el feto.
Josep Lluis Carbonell, propietario de dos clínicas abortistas en Valencia y Castellón, señaló: "España es desde hoy un poco más europea". Carbonell, sin embargo, criticó el retraso con que la píldora ha llegado. "Es la primera vez", dijo, "que un medicamento tarda más de 20 años en estar a disposición de sus usuarios".
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