Todos amenazan con irse de Austria
La referencia a Haider era inevitable. Wernicke se ha hecho célebre a raíz del éxito de algunos montajes suyos en el Festival de Salzburgo, pero las cosas han cambiado mucho en Austria. Ayer, el director de escena alemán, residente en Basilea (Suiza), anunció formalmente que seguirá los pasos de Gérard Mortier cuando éste deje la dirección del festival a fines del próximo verano. El francés tiene contrato hasta 2001, pero hace semanas que anticipó que se marcharía si el neonazi Jörg Haider llegaba al poder, como finalmente ha sucedido, y ayer pidió formalmente ser relevado de su cargo. Ayer, informa Julieta Rudich desde Viena, fue el director de orquesta indio Zubin Mehta quien advirtió que dejará Austria si sucede "el más mínimo incidente xenófobo".
Mehta declaró que considera Austria su segunda patria, pero que por primera vez se siente un extranjero allí y que eso significa que ahora pertenece a "la categoría de personas que le son antipáticas a Haider".
Mehta teme que se repita "lo que pasó cuando Schönberg y Kreisler fueron obligados a refugiarse en Estados Unidos para huir de las persecuciones antisemitas desatadas por los nazis".
Al mismo tiempo, otros intelectuales austriacos han empezado a desmarcarse del nuevo Gobierno conservador-ultraderechista. La artista Valie Export ha rechazado el Premio Oskar Kokoschka, dotado con unos tres millones de pesetas, porque considera "insoportable la idea de ser condecorada por un Gobierno de extrema derecha". La escritora Elfride Jelinek, por su parte, prohibirá la puesta en escena de sus obras de teatro. Y los herederos de la autora Ingeborg Bachmann (1926-1973) han quitado su nombre del premio más importante de la literatura austriaca, hasta que "estemos seguros de que tendremos una política que no sea vergonzosa".
