Fraga ordena que se tomen "medidas extraordinarias" en el hospital de Santiago
Las protestas por el hacinamiento de enfermos en los pasillos del nuevo Hospital Clínico de Santiago forzaron ayer la intervención personal del presidente de la Xunta, Manuel Fraga, quien llamó a la dirección del centro para pedir soluciones. Con todo, Fraga sostuvo que, pese a la aglomeración de pacientes en camillas y sillas de ruedas, "no hay caos en las urgencias" del hospital.Fraga llamó ayer por la mañana al director gerente del hospital, Manuel Ariza, y le comunicó que había otorgado plenos poderes al consejero de Sanidad, José María Hernández Cochón, para que, si es preciso, tome "medidas extraordinarias" para acabar con un problema que ha dañado la imagen de un centro abierto hace sólo seis meses.
El presidente de la Xunta cree que con las medidas tomadas el colapso "está en vías de solución", aunque matizó: "Vías de solución que sean posibles, porque en estos momentos hay, efectivamente, más catarrosos y griposos". La masiva afluencia de personas de avanzada edad con afecciones respiratorias es la justificación esgrimida por los responsables del hospital para una situación que insisten en considerar "normal en esta época del año".
A primera hora de ayer, los enfermos que esperaban en urgencias una habitación libre eran 37. Para evitar la imagen de los pasillos atestados, se decidió reunir a los enfermos en la sala de observación, que sólo tiene 23 plazas de capacidad.
El Ayuntamiento de Santiago se unió a las peticiones de los sindicatos para que se incremente la plantilla de personal del centro. Hasta ahora, las autoridades sanitarias han repetido que no lo consideran necesario.
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