El Gobierno francés pone bajo vigilancia policial a 75 institutos de alto riesgo

La alarma desatada en la sociedad francesa por la creciente violencia escolar ha obligado al Gobierno de Lionel Jospin a presentar un nuevo plan para intentar ponerle coto. El plan, presentado ayer por el ministro de Educación, Claude Allègre, comprende la vigilancia policial de 75 institutos de alto riesgo; la contratación de 7.000 vigilantes, auxiliares de profesores y enfermeros; la creación de un nuevo reglamento de sanciones, y la creación de un Comité Nacional Antiviolencia Escolar, que será copresidido por la actriz y modelo Carole Bouquet y el premio Nobel de Física Georges Charpak.

El regreso a la escuela tras las vacaciones navideñas ha ido acompañado de diversos casos de violencia muy graves. En Longwy, en el noreste del país, se descubrió que un alumno fue sometido a quemaduras, golpes y amenazas por tres estudiantes mayores que lo extorsionaban. En Mantes-la-Jolie, al oeste de París, tres alumnos, dos de ellos menores, han sido acusados de "extorsión" y "tentativa de asesinato" por tirar por el hueco de la escalera a un alumno que se hartó de seguir haciendo para ellos los deberes de español.En Saint-Denis, en los alrededores de la capital, una mujer de la limpieza del instituto fue atacada con bates de béisbol por una banda de jóvenes que le reprochaban que el día anterior no hubiese dejado entrar en clase, fuera del horario lectivo, a uno de ellos. En París hubo que cerrar un instituto cuando 30 jóvenes decidieron vaciar todos los extintores en los pasillos. En Stains, en las afueras de París, un grupo intentó prender fuego a la escuela.

Las agresiones, las extorsiones y los casos de violencia sexual son cada vez más frecuentes. Los profesores atacados ya no son una novedad. La violencia escolar, que cada vez alcanza a muchachos más jóvenes, vuelve a estar en la primera página de todos los periódicos.

El ministro de Educación, Claude Allègre, presentó ayer la que considera "segunda entrega" de su plan de lucha contra la violencia en la escuela (la primera fue en 1998), una serie de medidas que quiso explicar como fruto de una larga reflexión y ajenas, pues, a la crisis desatada por los últimos incidentes. Los principales puntos son los siguientes:

- Contratos. Siete mil personas suplementarias serán destinadas a los centros que atraviesan mayores dificultades. De esos 7.000 nuevos contratos, 4.000 serán para auxiliares de profesores, 2.000 para jóvenes dedicados a vigilancia, 800 a vigilantes, 100 a enfermeras y 100 a consejeros educativos.

- Vigilancia policial. Se refuerza la cooperación con los distintos cuerpos de policía: en 75 centros de alto riesgo, los agentes patrullarán por el exterior y por el interior de las instalaciones.

- Nuevas zonas. Se mantiene la filosofía de concentración de medios, pero se amplía el territorio de las áreas necesitadas de ayuda especial: Toulouse, Rouen y Estrasburgo quedan incluidas en el mapa de la violencia escolar.

- Clases de integración. El número de clases especiales, pensadas para alumnos con graves problemas de integración, pasará en un año de las 200 actuales a 350.

- Demandas jurídicas. El Ministerio de Educación se constituirá en parte civil cada vez que un incidente llegue a los tribunales.

- Nuevas sanciones. Se instaurará un sistema de sanciones claro que comprenderá medidas de reparación como limpiar las paredes que se han pintado o reparar el material estropeado.

- Comité antiviolencia. Creación de un Comité Nacional Antiviolencia Escolar copresidido por la actriz y modelo Carole Bouquet y el premio Nobel de Física Georges Charpak, que coordinará las acciones con los ayuntamientos, las asociaciones, las empresas y los medios de comunicación.

"El plan refuerza los diques, pero no evita que la marea siga subiendo", sentenciaba ayer un profesor. El principal sindicato de enseñantes, el SNES, tampoco se mostró particularmente entusiasmado: "Allègre no arremete contra las causas profundas de esa violencia". Para el SNES sólo "es un paso positivo la clarificación de las sanciones disciplinarias".

La oposición al Gobierno de "izquierda plural" considera que "el plan es decepcionante y es además el reconocimiento implícito del fracaso del de 1998". Para la derecha hay que "restablecer la autoridad y dar fuerza a las sanciones para frenar una situación de violencia generalizada y que el Gobierno trivializa".

Durante el curso 98-99 hubo que contabilizar más de 6.000 "incidentes graves" por trimestre (el 20% destrozos materiales, el 13% agresiones físicas a personas, el 11% robos y extorsiones, el 2% casos de narcotráfico y el 1% actos relacionados con armas blancas). En los centros en los que se aplicó el plan antiviolencia de 1998, la violencia disminuyó, según los datos oficiales.