La renuncia de Klima deja a la ultraderecha a las puertas del Gobierno en Austria
El canciller federal de Austria, el socialdemócrata Viktor Klima (SPÖ), acudió ayer al palacio presidencial en Viena para comunicar de forma oficial su incapacidad para lograr una mayoría y formar un nuevo Gobierno. Klima tira la toalla. Esto supone la ya casi definitiva despedida de la socialdemocracia del poder en Austria, donde desempeña la jefatura del Gobierno desde hace casi 30 años y donde, desde la creación de la Segunda República, en 1945, ha permanecido siempre en el poder, salvo un periodo entre 1966 y 1970. Es el turno del segundo partido más votado, el del derechista Jörg Haider.
El presidente federal, Thomas Klestil, anunció, tras una entrevista con Klima, que toma conocimiento de la renuncia del todavía canciller del SPÖ y le encargó que continúe de forma provisional al frente del Ejecutivo hasta la formación de un nuevo Gobierno. Klestil declaró que esperará hasta el lunes el desarrollo de las negociaciones entre el partido liberal (FPÖ) de Jörg Haider y los democristianos (ÖVP) para formar Gobierno. El lunes, Klestil piensa recibir a los jefes del FPÖ, Haider, y del ÖVP, Wolfgang Schüssel, todavía vicecanciller y ministro de Exteriores, y obrará en consecuencia tras esas entrevistas. Si las negociaciones entre el FPÖ y el ÖVP no se tuercen, todo indica que la próxima semana el nuevo Gobierno derechista podría jurar sus cargos.Klestil se resiste a dar el mandato para formar un nuevo Gobierno con la participación del FPÖ, el partido del populista de derecha Haider. La aproximación al poder de Haider ha desencadenado una fuerte reacción internacional por sus manifestaciones en defensa de los nazis en el pasado y su campaña electoral racista y xenófoba este otoño. El presidente Klestil, exdiplomático, consciente del impacto negativo para la imagen de Austria, había fijado como condiciones a la hora de encargar a Klima la formación de Gobierno que tuviese una mayoría sólida y guardase la reputación internacional del país.
El fracaso de Klima deja abiertas las puertas a Haider y los suyos. El SPÖ es el partido más fuerte, con 65 escaños en el Parlamento, pero, sumados los 14 de Los Verdes, sólo llegan a 79, mientras que el FPÖ y el ÖVP cuentan con 52 cada uno, una mayoría sólida de 104 diputados, aunque con el riesgo de llevar a Austria a una situación de desprestigio internacional por la presencia del partido de Haider en el Gobierno.Klima declaró a EL PAÍS que, aunque ha hecho todo lo posible para impedir que el FPÖ de Haider entre en el Gobierno, no considera que "un partido democrático sea un peligro para un país. Dije varias veces que la mayoría de los votantes del FPÖ son votos de protesta y con seguridad no pueden colocarse como parte de las ideas del pasado. Por eso, todo depende de la credibilidad del desarrollo futuro del FPÖ".
Dirigentes del partido de Haider atribuyen a una "campaña de la Internacional Socialista" las declaraciones de políticos extranjeros ante la posible entrada en el Gobierno del FPÖ. Mientras, los democristianos confían en capear el temporal tras la formación del Gobierno.
El canciller Viktor Klima declaró: "La futura política exterior austriaca estará muy mal aconsejada si no toma en serio las preocupaciones de muchos jefes de Estado y de Gobierno y las ignora y trata de compló socialista. Hay que tomar en serio las preocupaciones de nuestros amigos y aliados en Europa y el mundo y recomiendo con urgencia que la futura política exterior lo haga y no reaccionen como lo han hecho". Casi todos los periódicos de Viena abrían ayer sus primeras páginas con titulares sobre la reacción internacional ante la llegada al poder del partido de Haider. "El FPÖ en el Gobierno: un problema para Europa", coincidían en el titular el conservador Die Presse y el liberal Der Standard. "Masiva crítica del extranjero al FPÖ en el nuevo Gobierno", titulaba el Kurier.
El Gabinete del presidente Klestil confirmó ayer que se recibió una llamada del presidente francés, Jacques Chirac, quien transmitió también "la preocupación de los conservadores españoles".
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