Un ensayo invita a cuestionar los tópicos de la historia del español
El profesor Juan Ramón Lodares publica 'El paraíso políglota'
"El español, más que un fiero león, parecería un tierno gatito". He ahí una frase capaz de generar grandes repulsas o grandes adhesiones. Está incluida en El paraíso políglota (Taurus), de Juan Ramón Lodares, que acaba de presentarse en Madrid por el catedrático de Filología y vicedirector de la Real Academia, Gregorio Salvador, y por el periodista Álex Grijelmo. "El libro cuenta una historia muy sencilla: que la difusión de la lengua española no es una historia de leyes que lo prohíben todo", explica Juan Ramón Lodares.
"Mi intención al escribir el libro ha sido desmontar esa leyenda negra que considera que se habla español porque así lo quiso un poder centralizador que terminó imponiéndolo con la fuerza de las leyes", comenta Juan Ramón Lodares, doctor en Filología y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid. Se trata, cuando menos, de un desafío valiente, pues nunca es fácil desbaratar los tópicos y menos aún en un terreno que toca de lleno el discurso de los distintos nacionalismos, que precisamente han convertido sus respectivas lenguas en piezas decisivas de sus reivindicaciones políticas. El paraíso políglota es, en ese sentido, un libro políticamente incorrecto."Olvidamos con facilidad las corrientes económicas donde flotan las lenguas", explica Juan Ramón Lodares. "¿Usted diría que los distribuidores de Hollywood prohíben el doblaje de cine en catalán, gallego, euskera... finlandés? ¿O más bien lo consideran poco rentable? Yo creo que lo segundo". Sin embargo, se han contado en la historia del español, Lodares prefiere ese término al de castellano, muchas de estas prohibiciones, y El paraíso políglota intenta recoger toda esa serie de episodios que han llevado a pensar a algunos que el español se impuso más por el empeño en imponerlo de unos gobernantes autoritarios que por la necesidad y el interés de los españoles por entenderse.
Árabe borrado
"La única lengua que fue borrada de España por una decisión política fue el árabe", comenta Lodares, "y es que los Austrias se empeñaron en erradicar la presencia musulmana. Lo lograron y eso debe hacernos reflexionar sobre lo poderosas que pueden ser este tipo de políticas cuando se aplican con resolución y violencia". No hay, según Lodares, otro episodio semejante en la historia de las lenguas de España.
El paraíso políglota, que destaca por la soltura con la que está escrito y por la ironía con que aborda cuestiones que habitualmente se tratan con un respeto reverencial, regresa hacia el pasado para iluminar distintas situaciones reveladoras. Veamos tres momentos distintos. "Los Austrias gobernaron un imperio verdaderamente plurilingüe, pero entonces estos asuntos de las lenguas apenas tenían relevancia política", dice Lodares.
En cuanto a la España del siglo XVIII, Lodares considera que "no puede decirse, sin faltar a la verdad, que Felipe V prohibiera el catalán. Le importaban, de hecho, muy poco las lenguas de España, él sólo hablaba francés". Por fin, y mucho más cerca, y con mucha mayor carga polémica, así resume Lodares el estado de la cuestión a principios del siglo XX: "El hecho de que España haya sido un país más rural que urbano, donde la gente ha permanecido aislada en sus pueblos, sin alfabetizar, sin periódicos, apegada a medios tradicionales de vida, ha salvaguardado usos lingüísticos ancestrales, como las hablas euskéricas, el gallego, el bable, fablas aragonesas... Gentes como Sabino Arana usaron ese fondo rústico para cimentar sus proyectos patriótico-lingüísticos. Con bastante éxito, como se ve", subraya Lodares.
Un libro, pues, sobre la lengua y las múltiples historias de la historia. Lodares va contando lo que fue pasando, y pasa, por estos pagos, y, de tanto en tanto, la referencia a otros países y otras lenguas ayuda a poner entre paréntesis cuestiones presuntamente indiscutibles. La polémica está servida y ya se escuchan los cañonazos. "Me preocupa que se malinterprete el libro o que sólo se lea lo que se quiere leer para armar bullicio", dice. "Soy consciente de haber tratado un tema tabú, pero creo que es necesario cuestionar los tópicos. Las lenguas sirven para que la gente se comunique. Cuando se convierten en símbolos a venerar aparecen los problemas. Creo que un Estado plurilingüe es muy caro de mantener, y se debería pensar en esas cosas". Lodares pone en escena cuestiones no sólo lingüísticas, sino también políticas y culturales. La frescura de su estilo invita a pensarlas más allá de fórmulas estereotipadas.
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