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EL "CASO PINOCHET"

Chile reforma su Constitución para que Pinochet deje de ser senador sin perder la inmunidad

El Congreso chileno ha allanado el camino para la retirada de Augusto Pinochet de la vida política, tras su eventual regreso a su país, al aprobar una reforma constitucional que permite su retirada del Senado sin perder las prerrogativas de la inmunidad parlamentaria y la dieta. El proyecto de ley aprobado por las dos Cámaras del Parlamento establece que los expresidentes de la República que actúen como senadores vitalicios podrán renunciar a su cargo y "mantener la dignidad" de exmandatarios. Hasta la fecha, la Constitución heredada de la dictadura cerraba la puerta a la dimisión del cargo de senador vitalicio, que ostentan Pinochet y, a partir del 11 de marzo, el presidente saliente, Eduardo Frei.

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La reforma constitucional modifica el artículo 30 de la Carta Magna, que establece el estatuto de expresidente de la República, lo que, ante un previsible regreso de Pinochet, es de gran importancia en Chile. Ante las 57 querellas criminales presentadas en su contra, y que instruye el juez Juan Guzmán, sería impensable que el exdictador aceptase abandonar el Senado sin tener una protección legal. Con la reforma aprobada seguirá gozando de inmunidad parlamentaria aunque no acuda jamás al Senado, a menos que sea desaforado por los tribunales de justicia. El diputado Antonio Leal, del gubernamental Partido por la Democracia (PPD), calificó el nuevo estatuto de expresidente de la República de traje hecho a la medida de Pinochet. "Crea las condiciones para que se vaya del Senado y deje a los chilenos tranquilos. Posteriormente, la justicia pedirá su desafuero por las causas que instruye el juez Guzmán", señaló el diputado.El origen de la reforma constitucional tuvo como base un proyecto de ley presentado por el senador democristiano Juan Hamilton, que proponía la eliminación de los senadores designados. Ante la falta de acuerdo entre los partidos de la Concertación y la derecha pinochetista (oposición) se redujo la reforma a la figura de los senadores vitalicios. Actualmente, el presidente de la República, al concluir su mandato, tiene la capacidad de acceder al cargo de senador de por vida. Eso hizo Pinochet en marzo de 1998 y hará Frei cuando entregue la presidencia a su sucesor, Ricardo Lagos.

Paradójicamente, el primer presidente elegido democráticamente al término de 17 años de dictadura, el democristiano Patricio Aylwin, no pudo acceder al cargo de senador vitalicio porque la norma constitucional aprobada durante el régimen militar indica que es necesario ejercer la jefatura del Estado por un periodo mínimo de seis años. Aylwin fue presidente durante cuatro años, y aunque seguirá sin poder ocupar un escaño de senador vitalicio, sí podrá acceder a los beneficios que establece el nuevo estatuto, tales como la inmunidad parlamentaria y un sueldo permanente de unos 4.000 dólares mensuales (unas 640.000 pesetas), similar al que perciben los parlamentarios y ministros, sin contar las asignaciones especiales.

La iniciativa se convertirá en ley dentro de 60 días, cuando sea ratificada por el Congreso en pleno. El Senado la aprobó por unanimidad y la Cámara de Diputados lo hizo por 78 votos a favor, uno en contra (del diputado de Renovación Nacional Osvaldo Palma) y seis abstenciones (todas del mismo partido derechista).

Por otra parte, los comandantes en jefe de la Marina, almirante Jorge Arancibia, y de la Fuerza Aérea, general Patricio Ríos, aseguraron que no existe "en absoluto" ninguna reticencia de los militares hacia el primer socialista elegido presidente de Chile desde 1970. Los dos jefes fueron recibidos por Lagos un día después de la entrevista que éste mantuvo con el jefe del Ejército, general Ricardo Izurieta. "Partan de la base de que uno de los primeros fundamentos que deberá orientar nuestras acciones es precisamente terminar con las suspicacias que pudieran complicar estas relaciones", dijo Arancibia. El general Ríos subrayó que lo único que importa es que Lagos fue elegido presidente del país y que "la Fuerza Aérea va a apoyar su gestión". El futuro mandatario hizo hincapié en que, a partir de la disposición demostrada por los mandos militares, estaba convencido de que su Gobierno tendrá una relación muy fluida con las Fuerzas Armadas. "Uno espera que Chile crezca y estoy seguro de que será un gran país. Las Fuerzas Armadas son parte de Chile y lo importante es saber cómo estas instituciones se incorporan al progreso", añadió.

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