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Antonio Márquez propone la unión de la danza española y el flamenco

El Ballet Antonio Márquez presentará mañana y el sábado en el Teatro Arriaga de Bilbao un programa compuesto por las piezas Movimiento flamenco y Después de Carmen... En el espectáculo, Márquez revisa distintos palos del flamenco y los combina con otros matices de la danza clásica española. El bailarín defiende la conservación de los pasos clásicos y de la tradición del flamenco. "Se está olvidando la tradición, el amor a lo que se hace", se lamenta. "Se dedica a la técnica y se olvida uno de sentir".

Antonio Márquez, de 36 años, quería ser torero. El sueño infantil quedó frustrado cuando su familia abandonó Andalucía para irse a vivir a Ibiza. Allí descubrió años más tarde una nueva vocación en el baile al ver a un bailaor interpretando una pieza flamenca. "Parecía un hombre toreando", recuerda ahora. Su pasión por el toreo se plasma actualmente en Después de Carmen... Márquez quedó exhausto después de preparar tres coreografías diferentes para la ópera de Bizet, incluidas las que se estrenaron en la Ópera de Montecarlo y en el Teatro Real, de Madrid, en el plazo de dos años. Al acabar con esos compromisos, el personaje del torero Escamillo quedó en su mente y ahora es el protagonista de la pieza Después de Carmen... La gitana ha muerto, pero no desaparece; es un espectro que vaga por la coreografía en un segundo plano. En esta pieza, Nuria Leiva ha aportado, explica Márquez, la parte más flamenca, mientras que la colaboración de Goyo Montero ha sumado los "matices de danza clásica". La escenografia y el diseño son obra de Gerardo Trotty, quien también participo en el montaje de la Carmen del Real.

El programa que la compañía presentará en el Teatro Arriaga comenzará con Movimiento flamenco, estrenada hace dos años en el Museo Guggenheim Bilbao. Esta obra recorre distintos palos del flamenco, que dejan patente la forma de trabajar el baile de la compañía de Márquez. "Tratamos de pasar por el flamenco estilizado; el flamenco de toda la vida, pero con la evolución del paso del tiempo", explica. El bailarín lamenta la pérdida de la tradición flamenca, de la apuesta por la técnica que hace olvidar la pasión por el baile. "Quiero imprimir de personalidad propia lo que he aprendido de los maestros".

Antonio Márquez cree fundamental construir el espectáculo sobre la solidez de una compañía estable, que fundó en 1995 con su nombre tras pasar como primer bailarín y figura invitada por el Ballet Nacional de España y el de Víctor Ullate. "No formamos grupitos para responder a ciertos contratos", asegura. "Somos una compañía con una línea propia, un equipo unido desde las 10 de la mañana hasta... No tengo que atenerme a ningún horario. Somos una compañía artística, no funcional".

A lo largo de este año, el Ballet Antonio Márquez viajará a Sicilia y Japón, antes de presentar en la Ópera de la Bastilla, en París, las coreografías de Don Quijote. En los días de descanso de la ópera, ofrecerán sobre el mismo escenario su propio espectáculo.

A partir de 2001, el grupo que encabeza Márquez emprenderá en San Francisco una maratoniana gira que le llevará durante varios meses por diversas ciudades de Estados Unidos y Canadá, antes de acabar en Nueva York.

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