La Hacienda de Vizcaya cierra la reforma de su servicio de inspección

La Hacienda de Vizcaya ha cerrado la reforma de su servicio de inspección dentro de su plan de lucha contra el fraude fiscal. Las claves de la reforma son mayores dotaciones infórmaticas, aumento de la plantilla de inspectores y subinspectores y un cambio en el sistema organizativo. El nuevo servicio, que acaba de empezar a caminar, tendrá entre sus misiones controlar los resultados de la primera campaña de la renta con la nueva normativa del IRPF. Esta reforma supone que inspección ceda labores que han sido tradicionalmente suyas al departamento de gestión.

Las declaraciones de impuestos pasan normalmente por dos o tres departamentos. Entran en las diputaciones por el de gestión, donde tradicionalmente se hace un cruce básico con los datos informáticos de otros contribuyentes y de allí van o a liquidación o previamente a inspección porque se aprecia una posible irregularidad. En la Hacienda de Vizcaya se ha apostado por una mejora en el sistema informático que permita trasladar a gestión algunas de las actividades tradicionales de inspección. Hasta ahora, en gestión, por donde pasaban todos los contribuyentes, se cuadraban los datos de unos con otros. La lucha contra el fraude lleva a que todos los contribuyentes desde este departamento puedan ser requeridos a presentar documentación complementaria. De hecho, se ha habilitado a la inspección a actuaciones comprobatorias limitadas, especialmente entre las actividades empresariales y profesionales, donde se dice que tradicionalmente se esconden las mayores bolsas de fraude. La rebaja de la prescripción fiscal de cinco a tres años en Vizcaya se hizo precisamente pensando que los nuevos medios permitirían mayores actuaciones en esta primera fase.

Aumentar la plantilla

Este cambio ha permitido reformar el área de inspectores, que ha aumentado su plantilla con 14 nuevos subinspectores y 21 inspectores, que se incorporaron al trabajo efectivo el pasado año. El área de inspección se ha dividido en dos cuerpos: Estudios e Investigación. En el primero, con once personas, se hacen estudios comparativos sobre actividades económicas y de derecho comparado para constatar si la realidad coincide con lo recaudado y localizar bolsas de fraude o sobre nuevos instrumentos normativos.

En Investigación, 59 inspectores y subinspectores realizan el trabajo tradicional. "La nueva filosofía es abarcar a cuantos más contribuyentes mejor en vez de a pocos y profundizar mucho. Se debe aprovechar el efecto de la inspección de estar alerta", indica Javier Urizarbarrena, diputado de Hacienda de Vizcaya.

La reestructuración de la inspección viene de julio de 1999 y busca esencialmente reducir el fraude fiscal por los nuevos procedimientos informáticos.