Arzalluz resta importancia al "armisticio fiscal" y dice que no cree en el Estado de las Autonomías
El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, restó ayer importancia a lo que calificó de "armisticio fiscal" entre las administraciones central y vasca y dijo: "Cuantas menos guerras tengamos mejor, pero no de esta manera". Arzalluz indicó que no cree en el actual Estado de las Autonomías en el que "los árbitros, el Tribunal Supremo y el Constitucional, son siempre de aquella casa y no de ésta". Tanto EA como IU destacaron que el acuerdo respeta la especificidad vasca en materia tributaria. Los sindicatos lo acogieron con alegría, salvo la central abertzale LAB, que acusó al PNV de jugar con doble baraja.
Arzalluz, pese a todo, se alegró del acuerdo alcanzado entre los gobiernos central y vasco en materia fiscal "porque somos pactistas", apuntó. El presidente peneuvista aprovechó este acuerdo para recordar que su partido se comprometió al principio de la legislatura con José María Aznar a ir apoyando al PP en el Congreso en función del cumplimiento del desarrollo del Estatuto de Gernika, pero en esa materia no se ha producido ni un sólo avance, dijo. Esta alegría la confirmó la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, en Vitoria al asegurar que, pese a lo dicho por Arzalluz, le constaba que éste estaba muy contento. El vicepresidente segundo del Gobierno central, Rodrigo Rato, terció: "Cada cual firma los acuerdos con el espíritu que le caracteriza. Nosotros con buena fe".Por contra, el presidente peneuvista dijo que "cada vez que una diputación hacía uso de su soberanía, inmediatamente el Gobierno lanzaba su recurso suspensivo" y al final "estaba todo colgando". En su opinión, este problema "pasará siempre mientras tengamos esta estructura jurídico-política, aunque traiga sus cosas buenas; por eso no soy partidario de estas autonomías".
Arzalluz advirtió a Aznar sobre el error de presentar el acuerdo como la demostración de que se han encarrilado las desavenencias con los nacionalistas vascos y se abre la posibilidad de cerrar pactos en asuntos que caben dentro de la Constitución y el Estatuto. Y le recordó que con pactos como el suscrito ayer no va a "camelar" a su partido.
Tanto Eusko Alkartasuna como IU-EB destacaron la virtualidad del acuerdo en cuanto a lo que supone de respaldo a las competencias en materia tributaria de las diputaciones vascas. Euskal Herritarrok indicó que no es hora de "recoger migajas, las pequeñas concesiones que se pueden producir desde el Estado español", dijo su parlamentario Kepa Gordejuela.
El acuerdo ha supuesto la retirada de los recursos judiciales presentados por ambas partes y el fin de una de las normas más criticadas por el Gobierno central: las minivacaciones fiscales La presidenta de EA, Begoña Errazti, señaló que le parecía "fundamental que desde el Gobierno central se respeten nuestros derechos". A su juicio, no tiene ningún sentido que "tengamos una capacidad fiscal y se nos niegue sistemáticamente". El diputado de IU José Navas cree que el pacto implica la "vigencia futura" del Concierto.
Mientrras, el responsable de Política Autonómica del PSOE, Ramón Jáuregui, observó "un cierto tufillo de oportunismo político" por el acuerdo ante la inminencia de la contienda electoral, aunque le parece "positivo". UA apuntó que el pacto supone un "cambio en la forma de hacer politica".
En el campo sindical, tanto Comisiones Obreras como UGT acogieron con satisfacción el acuerdo. El responsable de acción sindical de la UGT vasca, Javier Bermejo, pidió no obstante que se introduzcan "elementos de racionalidad" para conceder ayudas y exigir contrapartidas empresariales como la creación de empleo. El responsable de organización de CCOO en Euskadi, Paco Blanco, calificó el acuerdo de "buena noticia", aunque situó el inicio del enfrentamiento entre ambas administraciones en la decisión adoptada por el Gobierno vasco en 1993 de "establecer una especie de paraíso tributario" basado en una alianza entre el PNV y el "empresariado más peseteril de este país". Esta utilización regresiva del concierto ha sido una de las críticas históricas del sindicato ELA, que ayer no se pronunció. Quien sí lo hizo fue la central abertzale LAB, que acusó al PNV de jugar con una "doble baraja" al defender la vía soberanista y felicitarse por alcanzar la paz fiscal. "El PNV no puede estar el domingo haciendo una reflexión en torno a la necesidad de un nuevo marco jurídico y el lunes dar la impresión de que con tal o cual acuerdo asienta el marco jurídico vigente", dijo su secretyario general, Rafael Díez Usabiaga.
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