La invitación de Prodi a Gaddafi provoca malestar en Bruselas

Que Muammar el Gaddafi venga a corto plazo a Bruselas, como es su deseo y el del presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, parece poco probable, señalaron ayer fuentes comunitarias y diplomáticas. A la indignación británica por el intento libio de contrabandear piezas de misiles rusos se suma la perplejidad que ha causado que Libia haya pedido la exclusión de Israel y la Autoridad Palestina (ANP) del foro euromediterráneo, englobado en el Proceso de Barcelona, hasta que no normalicen relaciones.

La filtración de la conversación telefónica que mantuvieron Prodi y Gaddafi en Navidad por iniciativa de este último ha causado no poco disgusto al comisario de Exteriores, el británico Chris Patten, y cierta aprensión en diversas cancillerías y en el entorno del alto representante de la Unión Europea (UE), Javier Solana, pese a su intento de quitar importancia al hecho."No he pedido permiso a nadie porque es algo que depende de mi autoridad", declaró ayer en Lisboa Prodi tras entrevistarse con el primer ministro portugués, António Guterres, cuyo país desempeña desde el 1 de enero la presidencia de la UE. El presidente de la Comisión explicó que de lo que se trata ahora es de "concretar el momento del encuentro" y que, si éste se produce, "habrá que hablar de todos los asuntos, incluidos los más delicados". Prodi parece decidido a demostrar a toda costa su liderazgo como "jefe del Gobierno" comunitario. Todo ello puede causarle más de un problema con los jefes de Gobierno de los Quince, apuntan medios europeos en Bruselas.

Aprobación de los Quince

Gaddafi anunció el pasado martes en la televisión de su país que había llamado la pasada Navidad a Prodi para felicitarle el año y el milenio, y aseguró que recibió una invitación del presidente comunitario para venir a Bruselas en breve plazo. "Prodi puede proponer lo que quiera, pero al final una eventual visita de Gaddafi sólo se producirá si lo aprueban los Gobiernos de los Quince", subraya un alto diplomático europeo. De hecho, el tema será discutido la semana próxima por el comité mediterráneo de la UE y posteriormente por los ministros de Exteriores.

La Comisión se mostró bastante confusa en el primer momento al conocerse la noticia, muy probablemente porque no se supo el alcance de la conversación. Italia es, entre los Quince, el país que más interés tiene en que la UE normalice definitivamente las relaciones con Libia, y Prodi reconoce como objetivo importante de su mandato la plena incorporación libia en el diálogo con Europa. Un portavoz comunitario informó días atrás de que el Gobierno libio aseguró en septiembre a la troika comunitaria que aceptaba cumplir las cláusulas acordadas en 1995 en la Conferencia de Barcelona (respeto de los derechos humanos, libre comercio...). Pero ahora, los libios aseguran que ni Israel ni la ANP deben participar en el foro euromediterráneo mientras no normalicen sus relaciones.

"Juzgamos inaceptable que sean los libios los que pongan condiciones y menos todavía que exijan la exclusión de dos socios", afirmó ayer el portavoz de Patten. Éste se ha mostrado muy irritado por el modo en que Prodi ha manejado la conversación con Gaddafi.