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Javier Coma encara en un libro sendos filmes de Fritz Lang y Minnelli

Ambas películas se rodaron en los cincuenta

Cautivos del mal (1952), de Vincente Minnelli, y Los sobornados (1953), de Fritz Lang, son los dos títulos escogidos por Javier Coma para el nuevo volumen de la colección Libros Dirigido, de carácter teórico, en los que en cada entrega se analizan dos clásicos cinematográficos de carácter distinto. En contra de lo que suele ser habitual en la colección -que ha unido en un solo título a James Bond contra Goldfinger con Al rojo vivo, en un libro de Quim Casas, o a Solo ante el peligro con El hombre tranquilo, del propio Coma-, hay, sin embargo, en la elección de las dos películas que conforman esta última entrega una serie de puntos en común. En la presentación del libro, Iván Tubau estableció la conexión en ambas obras con la aparición de la actriz Gloria Grahame. "En Los sobornados, a diferencia de Cautivos del mal, actuó en un papel menor. Su intervención, sin embargo, fue destacada, ya que obtuvo un Oscar a la mejor actriz secundaria", comentó Tubau, que destacó el gran magnetismo erótico de esta intérprete. Romà Gubern, presente en el acto, tendió también un puente de unión entre Los sobornados y Cautivos del mal. "Las dos películas son coetáneas y podríamos afirmar que ambas están contaminadas por el cine negro", dijo. Ambas películas están realizadas en blanco y negro en una época en el que el color marcaba con fuerza las pautas formales y estéticas a seguir.Para Coma, existen, a pesar de las coincidencias, una serie de diferencias básicas en ambos filmes. De entrada, el planteamiento artístico de ambos directores era marcadamente diferente. "Lang buscaba la abstracción, y Minnelli, la estilización". El autor del libro destaca las distintas trayectorias de los directores, que, obviamente, influyeron en cada uno de los filmes analizados. "Minnelli procedía del musical, la intención básica de sus películas era buscar en el público la sensación. Lang tenía otros objetivos. Deseaba incitar a la reflexión con sus trabajos", explicó Coma.

El libro, en dos partes diferenciadas, una para cada filme, explica, junto a las vicisitudes de los rodajes y las incidencias de los procesos de producción, la significación de ambas películas en una época marcada por un férreo código de censura. Cautivos del mal es la referencia más habitual cuando se habla del cine de Hollywood que habla del propio Hollywood. "Investigando en trabajos realizados sobre esta película me he dado cuenta de que ninguno menciona que no sólo está hablando del momento presente de la película, sino de lo que aconteció en Hollywood desde mediados de los años treinta. En esta película tenemos reflejada una más de una década de vicisitudes de la meca del cine".

Descontento

En ambas obras se expresa el descontento por aspectos negativos de la sociedad. En un caso, el de Los sobornados, la corrupción policial, ante la cual Fritz Lang proponía saltarse los márgenes del sistema legal para combatirla, y en el caso de Minnelli, director más proclive que Lang a ofrecer el lado amable de la vida, la denuncia y la reivindicación de los aspectos que siempre había odiado de Hollywood. "A Fritz se le ha tildado de expresar cierta actitud fascistoide al proponer tomarse la justicia por su mano, pero yo creo que lo que había en él es una posición revolucionaria de incitar al levantamiento del pueblo frente a la corrupción", explicó Coma.

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