Bajo la protección de los hielos y de las aguas
Observar neutrinos es casi una proeza. Aunque son muy numerosos, son pocos los que interactúan con la materia. La única solución para los investigadores es hacer detectores muy grandes. ¿Cómo se persigue a estas partículas fantasma? "Cuando un neutrino golpea a un átomo, este último explota a consecuencia del choque", explica François Montanet, del Centro de Física de Partículas de Marsella. "El neutrino se transforma entonces en uno de sus primos, el muón". Y en el agua, estos muones tienen una velocidad superior a la de la luz, lo que hace que se produzca en este medio una especie de estallido luminoso que se puede ver.Pero los detectores, sumergidos en agua, son tan sensibles que hay que protegerlos de los rayos cósmicos que bombardean la Tierra, de ahí que se busquen lugares con un blindaje eficaz. Los primeros experimentos se pusieron en túneles y en minas profundas. Una solución que no se puede retomar para los neutrinos de muy alta energía por el coste que supondría. La solución es recurrir al medio natural: lagos, hielos, los fondos marinos.
Los estadounidenses han excavado agujeros de dos kilómetros de profundidad en el hielo antártico para realizar su experimento Amanda. Los europeos, aunque consideran que Amanda dispone de dos o tres años de adelanto, creen que su proyecto Antares tiene algunas ventajas, en especial la de estar mejor situado para observar el centro de la galaxia. Antares fue ideado por investigadores del Centro de Física de Partículas de Marsella y el Dapnia (CEA, Saclay) y participan en él equipos del Reino Unido, España (Valencia), Holanda y Rusia. Este mes se ha tendido la primera línea de detección de Antares en el Mediterráneo, frente a la costa meridional francesa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.