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Los "arrantzales" temen que se reproduzca la "guerra" de la anchoa con Francia

Aurora Intxausti

Los pescadores de bajura del Cantábrico contemplan el inicio de la nueva costera de la anchoa con incertidumbre. Reducidas las cuotas de pesca -la Unión Europea ha fijado en 16.000 toneladas el Total Admisible de Capturas (TAC), el 50% de lo que se tenía asignado hasta ahora-, queda pendiente de modificar el acuerdo de Arcachon, suscrito en 1992 entre Francia y España. Los pescadores vascos afirman que no están dispuestos a renunciar a 9.000 toneladas de anchoa a favor de sus colegas franceses, como venían haciendo hasta ahora. Esa negativa supondría que el centenar de embarcaciones francesas que utilizan artes pelágicas faenarían al mismo tiempo y en los mismos caladeros que los arrantzales, que emplean sistemas tradicionales de captura. Sin embargo, no quieren que se reproduzcan los sucesos de 1994 en los que se cruzaron disparos entre barcos.Los pescadores vascos creen que las reducciones no son la solución para el futuro y algunas cofradías plantean incluso parar la flota un año para que aumenten las reservas, condicionando esa drástica medida a la desaparición de los pesqueros franceses que utilizan artes pelágicas. PÁGINA 3

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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