Médicos Sin Fronteras pide que paren los bombardeos al recibir el Nobel de la Paz

Con una evocación de las "mujeres, ancianos y niños que sufren en estos momentos y desde hace tres meses las consecuencias de los bombardeos del Ejército ruso en Chechenia", el presidente de Médicos Sin Fronteras (MSF), organización galardonada este año con el premio Nobel de la Paz, James Orbinski, recibió ayer de manos del rey de Noruega el preciado galardón."Esas personas en situación extrema de necesidad desconocen el contenido de la ayuda humanitaria", dijo Orbinski, en alusión directa a la imposibilidad de poder cumplir los deseos de los integrantes de MSF. Orbinski apeló a la buena voluntad de "los reyes de Noruega, del embajador de Rusia en este país y, por su mediación, al presidente Borís Yeltsin para que cesen los bombardeos".

El Ayuntamiento de Oslo se vistió de gala, como hace habitualmente cada 10 de diciembre, para la ceremonia de entrega del premio, que esta vez, y tal como ha ocurrido en los últimos años, estuvo exenta de polémicas pese a que la organización ha tenido problemas internos con la sección griega. Francis Sejersted, en su calidad de presidente del Comité Nobel del Parlamento noruego, que otorga el Nobel de la Paz, señaló que "pocas tareas en el mundo tienen tanto valor como aquella que consiste en aliviar el sufrimiento de las personas, allí donde lo necesiten, independientemente de su raza, religión o país".

"No queremos actuar en el vacío ni ser una voz en el viento, sino ir a las causas de los conflictos. Queremos preservar nuestra independencia y contribuir no solamente a ayudar a los que sufren, sino trabajar para que desaparezcan las causas que motivan esos sufrimientos", señaló el presidente de MSF en su discurso de agradecimiento. Orbinski recordó la creación de MSF por parte de un reducido grupo de médicos y periodistas franceses y sus primeras experiencias en Pakistán y Bangladesh, y luego, en la guerra de Biafra, en 1967.