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Suiza sabía que el oro procedente del Reich era robado a los judíos

Suiza aceptó durante toda la II Guerra Mundial el oro procedente de la Alemania nazi "aunque era evidente que Alemania se apropiaba del oro ilegalmente". Ésta es la principal conclusión a la que ha llegado la comisión independiente suiza, constituida por decisión de Parlamento helvético, que investiga las responsabilidades suizas en el tráfico de oro robado a los judíos alemanes.

Según la investigación, cuyos resultados serán hechos públicos hoy, El Banco Nacional de Suiza (BNS) aceptó durante la guerra el 79% del oro exportado por los nazis. "Durante largo tiempo el BNS no ha tenido en cuenta que el Estado nacional-socialista ha practicado el saqueo y el pillaje a gran escala, que enviaba a la muerte a personas y a grupos enteros de ciudadanos", destaca la comisión, formada por ocho historiadores y un jurista -entre ellos un estadounidense, un británico, un polaco y un israelí- y presidida por el catedrático suizo Jean-François Bergier.En total, el BNS recibió de las arcas del Reich 1.700 millones de francos suizos de la época, que ahora vendrían a ser unos 2.500 millones de dólares anuales (algo más de 400.000 millones de pesetas).

La comisión señala además que el Reichbank (el banco central alemán de la época) tenía unos fondos en Suiza de unos 1.200 millones de dólares actuales. Según documentos estadounidenses encontrados en 1997 este dinero provenía directamente del oro procedente de los campos de concentración y exterminio. Este oro, en forma de lingotes, joyas y otros objetos, podría haber sido "fundido y refundido para borrar toda pista sobre sus orígenes", señala la comisión. Para Bergier ha constituido un medio universal de pago y de cambio contra divisas negociables.

Después de la guerra, los dirigentes del BNS han invocado repetidamente que actuaron de buena fe. Según su versión, al adquirir oro procedente de Alemania, el país se hacía útil al Reich alejando de esta manera el peligro de invasión.

El informe Bergier sostiene además que el trato que recibieron los judíos que llegaron a Suiza procedentes de Alemania fue "ilegal", según aseguró ayer una fuente próxima a la elaboración del texto a la agencia Reuters. Muchos suizos que intentaron buscar refugio en la neutral Suiza fueron rechazados en la frontera y devueltos al seno del Estado que les perseguía hasta la muerte. Aunque es imposible conocer el número exacto a los que se les cerraron las puertas de Suiza, las estimaciones más precisas apuntan a que más de 19.000 judíos consiguieron traspasar la frontera mientras unos 24.000 fueron rechazados.

Suiza además aplicaba dos condiciones a los refugiados judíos que, bajo la mentalidad actual, son juzgadas inaceptables. Según el informe judíos que huían de Holanda tuvieron que pagar desorbitados sobornos a los nazis utilizando de intermediarios a los suizos. En muchos casos los judíos nunca pudieron escapar a pesar de haber pagado, algo que, según el informe, los suizos atribuían "a la malevolencia de los nazis".

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La otra práctica era la colocación de una J en el pasaporte de los judíos, una idea que, según reveló la prensa el año pasado, fue sugerida por los nazis.

La comisión Bergier ha tenido que estudiar seis puntos desde que su constitución fuera aprobada en diciembre de 1996 a raiz de que se destapara el escándalo del destino del oro robado a los judíos y las cuentas bancarias que había en Suiza pertenecientes a judíos asesinados por los nazis y cuyos fondos no volvieron a tocarse después de la guerra.

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