Montsalvatge se siente "conmovido y ofuscado" por tanto reconocimiento
Un concierto en el Auditorio Nacional rinde homenaje al II Premio Tomás Luis de Victoria
El compositor catalán Xavier Montsalvatge, de 87 años, recibirá esta tarde en el Auditorio Nacional el Premio Tomás Luis de Victoria durante un concierto dirigido por Antoni Ros Marbà que repasa 50 años de sus creaciones. Montsalvatge habló ayer con humildad y emoción entrañables, y dijo sentirse "conmovido y ofuscado" por este reconocimiento que otorga bienalmente la SGAE a músicos iberoamericanos. Montsalvatge no habló de los doce millones del premio, pero dijo: "Son buenos tiempos para la música".
Con su dulce y marcadísimo acento catalán, ágil de cabeza y de memoria, trajeado con elegancia muy sobria, Xavier Montsalvatge dejó ayer en Madrid su estela de maestro humilde y su estampa seductora de caballero a la antigua.Mucho más generoso con los demás que con su salud, el compositor tuvo un día agitado. Por la tarde asistió al concierto-homenaje Barcelona Blues, que conmemoraba en el Círculo de Bellas Artes la edición de la integral de sus obras; por la mañana, compareció ante un grupo de periodistas en la sede de la SGAE, la entidad que promueve este Premio Tomás Luis de Victoria, que en la segunda edición parece consagrarse, con el de la Fundación Guerrero, como el grande de la música clásica iberoamericana. Tanto por su dotación (12 millones de pesetas) como por el apoyo que recibe de las instituciones culturales de ese gran ámbito geográfico: un total de 77 entidades presentaron esta vez 80 candidatos al premio, que se falla siempre en los años pares y en la ciudad que acoja la Cumbre Iberoamericana (a Montsalvatge se le concedio, en 1998, en Oporto).
El premio trata de luchar contra la preeminencia de la música culta centroeuropea sobre la latina y reivindica una mejor difusión de la clásica frente a la avalancha de la popular. Pero Montsalvatge no tiene claro cómo se debe llamar lo que él hace: "Ése es un problema grave", dijo con ironía, "porque la vanguardia nunca será clásica. Y tampoco podemos decir que lo que hacemos nosotros, música para mentalidades muy formadas, sea música de concierto, porque los espectáculos de pop y de rock también se llaman conciertos".
Junto al compositor estaban Eduardo Bautista, presidente del Consejo de Dirección de la SGAE, y también el músico cubano Harold Gramatges, primer ganador del premio y presidente del jurado de siete musicólogos que distinguió la dilatada trayectoria de Montsalvatge.
Los dos abundaron en esa idea de la vindicación, pero Montsalvatge tiró de su larga memoria y relativizó un poco las cosas. Certificó que corren tiempos muy buenos para la música, "con intérpretes jóvenes de extraordinaria calidad, y con ayudas, becas y oportunidades que antes no existían en absoluto". "Hay quizá demasiada abundancia de conciertos", matizó, "y eso a veces puede perjudicar la calidad, pero si comparamos esta situación con la época en que mi familia decidió dedicarme a la música, cuando mi padre murió y yo tenía 10 años, sólo puedo decir: "¡Qué suerte tienen los jóvenes!".
Tras declararse "un hombre de suerte conmovido y ofuscado por este premio", el académico contó que su interés por la música americana viene de los años de la guerra civil, cuando fue a Cadaqués, "un pueblo al que entonces sólo se llegaba por mar", y oyó cantar habaneras a los pescadores "mientras bebían cremat y fumaban caliqueños". De aquella experiencia "impresionante" surgieron las Cinco canciones negras (1949), una de sus obras más oídas, que será interpretada hoy por la Orquesta Nacional en el Auditorio. Completan el programa Reflexus. Obertura, de 1973, Concerto capriccio para arpa y orquesta (1975), y el Madrigal, pieza breve de 1991, inspirada "en un tema que tocaba Pau Casals en sus bises y que resultó ser popular".
Antes, el Coro Nacional de España, dirigido por Rainer Steubing-Negenborn, interpretará el Canto negro, de Montsalvatge, y una pieza de Tomás Luis de Victoria (1548-1611), el compositor que da nombre a este premio.
Babelia
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